El Papa Francisco proclamó ayer beato a Pablo VI durante una misa multitudinaria en la plaza de San Pedro, en la que recordó cómo el Pontífice que concluyó el Concilio Vaticano II "condujo a la Iglesia con sabiduría y visión de futuro". Pablo VI fue beatificado durante una ceremonia en la que participó el Papa emérito Benedicto XVI, que reaparecía, con bastón pero buen aspecto. El acto también sirvió para clausurar el Sínodo de la familia celebrado estos días en el Vaticano, ya que fue el Papa Giovanni Montini quien instituyó este organismo de consulta.

El milagro atribuido a la intercesión de Pablo VI, y que le permitió ser beatificado, fue la curación de un feto a principios de la década de 1990 en California. Después de que se diagnosticase que tenía graves problemas cerebrales, la madre se negó a abortar y el niño nació sin problemas.

La ceremonia, como es tradicional, comenzó con la lectura de la biografía del Papa Montini. Francisco leyó la fórmula en latín en la que se decía que "desde ahora el Papa Pablo VI será llamado beato y se celebrará su fiesta cada año el 26 de septiembre".

Junto al altar se expuso durante toda la ceremonia como reliquia la camiseta ensangrentada del atentado que sufrió Pablo VI en el año 1970, cuando un pintor boliviano le hirió con dos puñaladas en Manila. A la misa asistieron decenas de miles de personas, sobre todo llegadas desde Brescia, localidad natal del Pontífice, y desde Milán, la ciudad de la que fue arzobispo.