El historiador Joseph Pérez se ganó bien ganado el premio "Príncipe de Asturias" de Ciencias Sociales con dos lecciones magistrales ayer por la mañana: en la Universidad de Oviedo, primero, y en la Junta General del Principado, después.

La cita académica era en la biblioteca con un puñado de ciudadanos que se habían inscrito para oírle. La fórmula, una charla con dos profesores, Fernando Manzano y María Álvarez, pero Pérez en seguida se soltó. Sobre la supuesta tolerancia religiosa en la España de la Reconquista -las famosas tres culturas- dijo que más bien hacían la vista gorda. Al cardenal Cisneros, lo puso por las nubes, aunque fue inquisidor general. No así a Valdés Salas, fundador de la Universidad de Oviedo y también inquisidor general. Con buen humor se disculpó ante el auditorio.

Explicó el clásico debate de las armas y las letras que, dijo, se refiere al poder: lo ejercen los caballeros o los universitarios. Cisneros "no tragaba a los letrados". Valdés los nombra para la Inquisición. Por eso en España apenas queman brujas en comparación con la teológica Alemania. Aquí sencillamente no las toman en serio. Hay que curarlas. Concluyó diciendo que la Inquisición no causó el retraso de España, sino los elevados salarios.

Y de la Universidad a la Junta General del Principado, donde fue recibido por el presidente Pedro Sanjurjo acompañado por Adolfo Menéndez, secretario general del patronato de la Fundación Príncipe de Asturias. Acto institucional, con asistencia del presidente del TSJA, Ignacio Vidau, y otras autoridades políticas y judiciales.

Sanjurjo, citando a Spinoza, dijo: "Quien no quiere repetir el pasado debe estudiarlo". Pérez abordó la leyenda negra. Distinguió tres etapas: reacción a la España imperial, a la España católica y lucha entre el Norte protestante y el Sur católico. Se centró en la última. Dijo que tenía rasgos racistas y estaba movida por el resentimiento; criticó la relación que establece Weber entre Reforma y capitalismo y rechazó que la división entre la Europa del Norte y del Sur se explique por la religión.

En todo caso, añadió, ahora la mundialización amenaza a Europa en su conjunto.