El Rey Felipe VI ensalzó el espíritu de los vecinos de Boal durante la entrega del galardón "Pueblo ejemplar", que tuvo lugar este mediodía en la plaza del Emigrante de la villa, en un discurso marcado por la emigración y el asociacionismo.

Hasta el lugar se desplazó Don Felipe en compañía de la Reina Letizia y autoridades del Principado, como el presidente del Ejecutivo autonómico, Javier Fernández, y Francisco Álvarez-Cascos, en calidad de expresidente regional.

Los Reyes llegaron a una villa boalesa -de menos de mil habitantes- tomada por las fuerzas de seguridad en un helicóptero que aterrizó en el campo de fútbol de Llaviada, en lo alto del pueblo a las 12 en punto. En menos de diez minutos, los monarcas fueron recibidos en el centro de la villa a gritos de "viva el Rey" y "viva Letizia". A partir de aquí comenzaba un sendero marcado por el legado que la emigración boalesa en América dejó en su tierra natal. Tras el saludo inicial iniciaron el recorrido a pie a través de la calle Melquiades Álvarez, denominado como paseo indiano. A continuación visitaron algunos de los puntos más destacados como la Casa Helenias, Casa Sanzo y Villa Damiana.

Arropados por el calor de los vecinos y miembros del Movimiento Asociativo y Vecinal de Boal, los Reyes se acercaron hasta el Centro de Interpretación Lavaderos de Boal, donde mujeres ataviadas con trajes de lavanderas representaron la técnica del lavado y secado antiguo. Doña Letizia aprovechó la ocasión y no dudó en mojarse las manos con las vecinas de Boal.

Posteriormente, cerca de las 12.30 horas los Reyes se dirigieron hacia la plaza de los Emigrantes para presenciar una recreación costumbrista realizada por miembros del Centro de Interpretación de la Artesanía del Hierro, referente a la forja del clavo, actividad fundamental a lo largo de los siglos XVIII y XIX.

Una vez saludado el Jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2014, los Reyes accedieron al escenario instalado en la plaza donde tuvieron lugar los discursos. En su intervención, el Rey Felipe VI hizo referencia a la "muy intensa" vinculación de la familia real con Asturias.

EDICIÓN "MUY ESPECIAL"

"Esta es sin duda una edición muy especial, pues es el primer año que lo entregamos como Reyes de España, y al hacerlo nos acordamos mucho de nuestras queridas hijas. Leonor -la Princesa de Asturias- sabe al igual que su hermana la Infanta Sofía, que nuestra vinculación con esta tierra es muy intensa, por tantas razones personales e históricas", señaló.

Don Felipe incidió en la relevancia de la emigración. "En este rincón de Asturias, como en tantos pueblos y aldeas del Principado, conocéis muy bien la añoranza, la mirada desde la lejanía, el deseo del regreso y la entrega solidaria de los que emigraron para mejorar la vida de los que se quedaron aquí", apuntó.

"Con razón nunca habéis olvidado la generosidad y el esfuerzo hechos en los primeros años del pasado siglo por vuestros emigrantes a Cuba. Una generosidad y un esfuerzo que se materializó, entre otras muchas cosas, en la construcción de 21 escuelas por la denominada Sociedad de los Naturales del Concejo de Boal en La Habana, un hecho único en la historia de Asturias, digno de todo elogio y reconocimiento", comentó el monarca.

En esa línea, puso en valor que "aquella actitud altruista" de los emigrantes ayudó a que prendiera en Boal "el gusto por el trabajo compartido y por el asociacionismo, que tantos y tan buenos frutos están dando en el concejo".

"Para una sociedad lo peor no son los fracasos, sino que no haya iniciativas o nuevos proyectos que hagan soñar", aseguró, para añadir que los vecinos de Boal han sabido unir su deseo de mejora "con la firme voluntad de superación". "Estáis progresando y siendo testigos del prometedor impulso económico, social y cultural de esta tierra", dijo.

Con todo, se ha dirigido al pueblo de Boal para asegurar que puede sentir orgullo por su actitud vital. "Podéis sentiros muy orgullosos de lo que estáis haciendo y, además, orgullosos de hacerlo conservando una forma de vida de la que han nacido casi todos nuestros valores; un modo de convivencia basado en la honradez, el trato continuo, el afecto, el hacer honor a la palabra dada y la solidaridad, a la vez que el respeto a la naturaleza y el vivir en armonía con ella".

"Quisiera, antes de terminar mis palabras, recordar con mucho afecto a todos los pueblos que han presentado sus candidaturas y animarlos para que sigan trabajando por su tierra, por sus comunidades y proyectos. Y quisiera dar también las gracias a los miembros del Jurado, que actúan con alta responsabilidad y compromiso para que este Premio simbolice lo mejor de Asturias: su belleza, el espíritu de superación de sus gentes y su esperanzada visión del futuro", ha destacado.

PLACA CONMEMORATIVA, VISITAS Y ALMUERZO

Al término del acto institucional, los Reyes se dirigieron al monolito situado a la salida de la plaza de los Emigrantes para descubrir la placa conmemorativa junto a la que se encuentra el monumento a los Emigrantes del escultor y pintor Amado González Hevia 'Favila', basado en una fotografía de Pelayo Infante, publicada en la revista 'Asturias Gráfica' en 1921.

Una parada en el Ayuntamiento para saludar a personalidades locales y la recepción de una cesta con productos típicos de Boal por parte de representantes del Movimiento Asociativo y Vecinal, dieron continuidad al programa de los Reyes en el pueblo.

La jornada siguió, acumulando un ligero retraso, con una visita a la Casa de Apicultura, a dos kilómetros de distancia, para continuar con la visita a las Escuelas Graduadas de Boal, fundadas en 1911 por la Sociedad de Instrucción de los 'Naturales del Concejo de Boal en la Habana', que concluyó con una fotografía de familia de los Reyes con el alumnado y profesorado del centro.

La visita real a Boal finaliza con el tradicional almuerzo que Don Felipe y Doña Letizia comparten con vecinos del Pueblo Ejemplar de Asturias y autoridades invitadas.

LA VISITA MÁS ESPERADA

Al fin, la larga espera que comenzó para los boaleses el pasado 9 de septiembre con el anuncio del fallo del galardón "Pueblo ejemplar" de este año se tornó hoy en emoción ante la perspectiva de vivir un día histórico. El concejo occidental pasó a la historia como el primero en recibir la visita del Rey Felipe VI y de la Reina Letizia. Y también por ser el último "ejemplar" de la Fundación Príncipe, que a partir del próximo año será Princesa de Asturias.

Boal es, además, el pueblo número 25 en recibir el distintivo, lo que no hace sino acrecentar la sensación de que hoy será un día que todos los boaleses recordarán durante el resto de sus vidas. El movimiento asociativo y vecinal, colectivo premiado en esta ocasión, preparó al milímetro los detalles para que este 25 de octubre fuera un día redondo.

Los monarcas comenzaron el recorrido de su visita apreciando la arquitectura de las casas de indianos que pueblan la zona baja de la villa. Hasta una veintena de construcciones que aún conservan su belleza inicial, a pesar de contar muchas de ellas con más de un siglo de vida. El centro de interpretación de los lavaderos fue la segunda parada en la visita. Se trata de una infraestructura también costeada por la comunidad emigrante, y en la que se ofreceráió una representación del trabajo y la labor que centenares de mujeres desarrollaron en este espacio antes de la popularización de la lavadora. Allí, la Reina Letizia se interesó por el trabajo de las lavanderas e incluso amagó con lavar alguna prenda.

Los Reyes enfilaron a continuación la avenida de Asturias, recién remodelada y engalanada para la ocasión, en donde les esperaba una demostración de forja -industria pujante en el pasado boalés-, para llegar a la plaza del Emigrante, el escenario central. Allí se efectuaron los discursos oficiales y la entrega del diploma al movimiento asociativo.

La Casa de la Apicultura, donde Felipe VI y doña Letizia conocerán el proceso de elaboración de la miel, y las Escuelas Graduadas, donde conversarán con alumnos, antiguos escolares y emigrantes retornados, completaron el itinerario real.

Más de setecientas personas fueron invitadas al banquete, compuesto de un menú de lo más contundente: caldo de rabizas con compango de la tierra, carne asada con patatas al estilo Boal, requesón con miel, de Boal por supuesto, y venera, el postre típico del valle del Navia, a base de huevos, almendra y azúcar.

Todo Boal se engalanó para recibir a los Monarcas. No hubo balcón o ventana en los que no luciera una bandera del pueblo, de Asturias o de España, o incluso las tres a la vez. En la jornada de ayer tocó realizar la última limpieza y pulir los pequeños detalles por todo el pueblo. Varios operarios se afanaron en acondicionar los exteriores del Ayuntamiento y de la Casa de la Apicultura, mientras que otros se encargaron del montaje del escenario y de la placa que descubrió Felipe VI.