"Sin novedad". El mensaje por radio de la Policía confirmaba avanzada la tarde de ayer el carácter pacífico de la protesta convocada por diferentes colectivos de la izquierda, que reunió en la plaza de la Escandalera de Oviedo a alrededor tres mil ciudadanos que abuchearon a la monarquía, cantaron contra los casos de corrupción que sacuden el país y clamaron contra la crisis. Fueron muchos más manifestantes que el año pasado, pero se les vio bastante menos. La protesta había sido convocada por los trabajadores de Liberbank y de otras empresas afectadas por regulaciones y despedidos y estaba reforzada por los participantes en las cinco columnas de las "marchas de la dignidad" que habían llegado desde toda España para focalizar en los premios "Príncipe de Asturias" la protesta contra todo un sistema al que responsabilizan de la crisis más profunda.

Fueron más de diecisiete horas de movilización que, hasta el cierre de esta edición, transcurrió sin incidentes. La protesta comenzó desde las siete de la mañana con las marchas que arrancaron en Gijón, Avilés, Mieres, Langreo y Pola de Siero, y culminó alrededor de la medianoche con un concierto en la Losa de Oviedo. El colectivo "Somos Reales", que promovió las "marchas de la dignidad", cumplió con su palabra de manifestarse pacíficamente. La víspera habían catalogado de "desproporcionado" el operativo de seguridad desplegado en Oviedo con 400 agentes antidisturbios venidos para la ocasión. Hasta el Padre Ángel admitió ayer que "hay muchos guardias" y abogó por una actitud de apertura a este tipo de movilizaciones. La capital asturiana no dejó de ser una de las ciudades más seguras del país por la llegada de las cinco "columnas de la dignidad" que habían planeado una "toma" simbólica para dar altavoz a su protesta.

Aunque el número de manifestantes fue muy superior al del año pasado, gracias sobre todo a los refuerzos venidos de otras 27 provincias, se les vio menos. El dispositivo de seguridad desplazó la protesta al cerrar el acceso a un tercio, aproximadamente, de la plaza de la Escandalera, el más cercano a los aledaños del teatro Campoamor. Los manifestantes tuvieron que seguir los prolegómenos de los premios desde más lejos que en ediciones anteriores, hasta el punto de que buena parte de ellos se quedaron en el tramo final de la calle Uría y hasta en el paseo de los Álamos, junto a la estatua de José Tartiere, coronada para la ocasión, eso sí, con una bandera del Partido Comunista. Además, a diferencia del pasado año, tampoco se retransmitió en la pantalla gigante de la Escandalera la señal televisiva que debía dar cuenta de la llegada de los premiados y de los Reyes al entorno del teatro Campoamor. Los más de tres mil manifestantes pasaron la hora y media de espera gritando consignas variopintas como "Los Borbones, a los tiburones", "A por ellos oé, a por ellos oé" o "No hay dos sin tres, república otra vez" mientras agitaban banderas tricolores, enseñas comunistas y banderas de diversas regiones, la mayoría asturianas, que acreditaban la procedencia de buena parte de los manifestantes, entre los que predominaban los llegados desde Andalucía pero también había riojanos, navarros, gallegos y madrileños.

Aunque no había señal de televisión, el más sonoro de los abucheos se produjo pocos minutos antes de las seis y media de la tarde, coincidiendo con la llegada de los Reyes Felipe VI y Letizia al Campoamor. Pero ni siquiera esos silbidos fueron escuchados mucho más allá de la plaza de la Escandalera, que pese hacer honor a su nombre sonó menos que las gaitas que amortiguaron el impacto sonoro de los abucheos, sobremanera en la retransmisión televisiva.

En ese preciso instante, el exconcejal del Ayuntamiento de Oviedo Celso Miranda (IU y Asciz) eludió el cerco policial a los participantes en la protesta y consiguió colarse, junto a otras manifestantes en apoyo de la enseñanza pública, entre el público que agitaba banderitas de España en la calle Argüelles. El exedil sacó otra enseña, distinta, la tricolor y gritó "Viva la república". Uno de los agentes le arrebató la bandera republicana de inmediato. Tras un intercambio de impresiones y ante la negativa de Miranda a moverse de un lugar donde también había otros ciudadanos, el policía acabó devolviéndosela. Bastante más atrás, entre el grueso de la movilización, se contaban entre los manifestantes la eurodiputada Tania González (Podemos), el coordinador general de IU de Asturias, Manuel González Orviz; el portavoz parlamentario de la coalición, Aurelio Martín, y el concejal del Ayuntamiento de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos.