Intuía Carlos Suárez ayer por la mañana que el homenaje que se le iba a dispensar en el HUCA le generaría "cierto pudor". No era para menos. Dos horas de elogios, con el salón de actos bien nutrido de amigos, compañeros y pacientes, abruman a cualquiera.

Suárez, exjefe de servicio de Otorrino y de la Unidad de Cirugía de la Base del Cráneo en el HUCA y fundador y durante 11 años director del Instituto Universitario de Oncología del Principado (IUOPA), buque insignia en Asturias de las investigaciones biomoleculares contra el cáncer, recibió ayer un homenaje repartido en dos sesiones: acto académico, formal y multitudinario, y cena posterior.

En el primero hablaron, entre otros, el consejero de Sanidad, Faustino Blanco; el presidente del Colegio de Médicos, Alejandro Braña y su compañero en el IUOPA, Carlos López Otín. "Este es un acto de amistad" aseguró Carlos Suárez, satisfecho por comprobar "el aprecio y los lazos de unión" dejados por una trayectoria personal y profesional intachable.

El consejero Blanco puso a Carlos Suárez como "ejemplo a los nuevos profesionales para comprender que para sobrevivir en una sociedad cada vez más exigente deben contemplar su futuro como una evolución permanente, donde el expediente académico -dijo- pierde valor en favor de quienes sienten enorme pasión por lo que hacen, de quienes buscan siempre la excelencia".

Una trayectoria que desde Valladolid pasó a La Paz madrileña, a Oviedo, pero también a California, Pittsburg y Oklahoma "siempre de reto en reto, operando, investigando, escribiendo, enseñando, liderando y apostando por hacer más grande a su pequeña Asturias", añadió Faustino Blanco de quien "ha hecho de su trabajo una verdadera pasión, y ha conseguido contagiar esa pasión a cuantos le rodean".