No puedo evitar sentir una gran indignación al leer el artículo "Latín y Griego, en el punto de mira", publicado el pasado 5 de diciembre en LA NUEVA ESPAÑA. Sinceramente, me parece muy injusto que tales materias estén tan infravaloradas como para fusionarlas en una sola disciplina, como Lengua Castellana y Literatura, o Filosofía y Ciudadanía. Soy estudiante de 2.º de Bachillerato y, como alumna de Latín y de Griego, he de decir que son materias que tienen sus propias reglas. La gramática en ambos idiomas (declinaciones, verbos) es totalmente opuesta.

El Latín y el Griego son, desgraciadamente, víctimas de los cambios que el Ministerio de Educación quiere realizar. Cambios que, tristemente, son efectuados con total ignorancia, sin conocer los contenidos de cada una de ellas. Desde mi punto de vista, ésta es la causa principal por la que hoy en día tienen tan poco valor, porque con el paso de los años han ido perdiendo relevancia. Y, lo que es aún más triste, de una forma muy incompetente: tan salvaje que, si seguimos valorándolas de este modo, privaremos a las próximas generaciones de la oportunidad de descubrir el origen de las lenguas actuales. Esto último ya lo he mencionado en otra ocasión: si seguimos manteniendo esta actitud tan hostil, será muy poco probable que nuestra sociedad evolucione positivamente, porque las Humanidades no sólo son importantes en el terreno intelectual, sino también en el marco social.