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XXI Informe España de la Fundación Encuentro

Martín Patino reclama una ciudadanía activa para hacer frente a la crisis moral

El que fuera mano derecha de Tarancón apuesta por recuperar el diálogo y el consenso de la Transición

Martín Patino reclama una ciudadanía activa para hacer frente a la crisis moral

España necesita una ciudadanía más responsable, activa y comprometida para salir de una crisis que más que económica es moral, argumentó José María Martín Patino, figura clave de la Transición, jesuita, escritor y presidente de la Fundación Encuentro, que ayer, como cada año, presentó su informe sobre la realidad social del Estado en un tomo de 383 páginas en las que expone una solución a los problemas que acucian a los españoles, inspirada en el espíritu de diálogo y consenso que reinó durante los primeros años de la democracia.

Arropado por un nutrido grupo de amigos, entre los que se encontraban exministros de UCD como Rodolfo Martín Villa, Salvador Sánchez Terán y Juan Pedro Pérez Llorca y del PSOE como Julián García Valverde, Martín Patino escogió el noble y selecto Casino de Madrid en la calle Alcalá para enumerar los retos a los que se enfrenta España, donde recalcó que "sin crisis no hay desafíos" y vislumbró un futuro mejor si de una vez por todas los ciudadanos se dan cuenta de que la regeneración, además de política, "tiene que ser moral y democrática".

"La crisis ha de convertirse en una oportunidad para mejorar la situación del país y no para aumentar sus discrepancias", animó con sus enérgicos 89 años el jesuita, que ejerció de secretario y hombre de confianza del cardenal Tarancón, al tiempo que subrayaba que "no podemos seguir pensando que los culpables de los problemas que atravesamos son exclusivamente los otros". Algo de culpa tendremos, y mucha, también nosotros mismos en lo que nos sucede, sugirió mientras parafraseaba a Ortega y Gasset al reflexionar que "lo más grave de lo que nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa".

Contra la desidia de los ciudadanos y la fragmentación de la sociedad, el jesuita recetó como terapia más efectiva la del consenso y el diálogo que guiaron la Transición. "Es responsabilidad de todos enriquecer nuestra conciencia ciudadana en un momento en el que la comunicación existencial y humana disminuye y escasean los que piensan en el bien común o en el bien de los demás", proclamó, "porque la situación histórica que atravesamos pide a voces una regeneración de la comunidad social, política y económica", insistió antes de mencionar a uno de los ideólogos del discurso de la Transición, el filósofo José Luis López Aranguren, premio "Príncipe de Asturias" de Comunicación y Humanidades en 1995, quien ya por aquellas fechas enfatizaba la importancia de contar con intelectuales de peso en una sociedad cada vez más mecanizada, injusta y deshumanizada.

Cosa pública. A los políticos les exigió José María Martín Patino transparencia en la gestión de la "cosa pública", aptitud y ejemplaridad, y a los ciudadanos les recriminó el haber sido cómplices o demasiado indiferentes con los desmanes que ahora destapan los casos de corrupción investigados.

El XXI Tomo del Informe España que elabora anualmente la Fundación Encuentro desde 1993 recoge críticas sin tapujos al excesivo poder financiero, analiza la crisis de las instituciones públicas y alerta del creciente divorcio entre los ciudadanos y la política. "La crisis ha puesto de relieve la necesidad de repensar las respuestas a preguntas que son nuevas y que plantean dilemas políticos, sociales, económicos y éticos de una envergadura excepcional", resaltan los redactores de este manual, que echan en falta cabezas críticas y rigurosas que busquen en profundidad una salida airosa a la crisis que padece España y que pone contra las cuerdas "la pervivencia de un modelo social basado en las ideas de ciudadanía, equidad y calidad democrática".

"¿Por qué crece en Europa la sensación de que los ciudadanos han perdido la capacidad de determinar cuáles deben de ser las políticas públicas? ¿Por qué hay cada vez más europeos que creen que quienes realmente mandan no son los gobiernos y los parlamentos, sino burocracias internacionales o difusos poderes fácticos?", se preguntan los redactores de este esperado informe, convencidos de que Europa tiene que "volver a ser capaz de contribuir a recrear las condiciones en las que el poder público pueda ser ejercido de forma democrática y eficaz".

Desde el privilegiado púlpito del contrastado análisis sociológico, el también filósofo y teólogo Martín Patino volvió a apelar al diálogo y a la generosidad para debatir y solucionar el cuestionado modelo autonómico español que pactaron y refrendaron todos los partidos políticos en la Constitución de 1978. Curiosamente, para el jesuita, el principal desafío de este modelo territorial no es el soberanismo catalán sino la desafección creciente que existe hacia este modelo de Estado entre la sociedad española. "La crisis ha reintroducido en el debate político y ciudadano el tema de las diferencias socioeconómicas entre territorios, uno de los principales factores de legitimación-deslegitimación del modelo, en relación directa y estrecha con la financiación y la solidaridad", según el Informe España 2014, que este año se subtitula "Crisis de la crisis".

Los análisis de José María Martín Patino fueron refrendados por el periodista Fernando González Urbaneja, quien dio a los presentes en el Casino de Madrid un balón de oxígeno ante tantos nubarrones al revelar que él sí veía la luz al final del túnel.

"Más que reformas generales, España necesita un cambio de actitud y de valores" para afrontar una urgente y necesaria regeneración moral y democrática, concluyó, convencido de que la salida del laberinto pasa por un sano ejercicio de autocrítica, decencia, decisión y voluntad ante el "reto ético que padecemos".

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