La sucesión de acontecimientos no conoce precedentes en la región. Siete donaciones de órganos en una sola quincena, la primera de diciembre. En realidad, en sólo doce días el panorama del año ha cambiado radicalmente: lo que empezaba a presumirse como un ejercicio solamente discreto se ha convertido en un buen año en el que incluso es posible acercarse a los mejores resultados históricos. Asturias sumaba anoche 49 donaciones de órganos en lo que va de 2014, dos más que en todo el 2013. El récord está establecido en las 52 contabilizadas en el año 2007.
"Todas las donaciones de este mes han sido debidas a hemorragias cerebrales", explicó ayer Jesús Otero, coordinador autonómico de trasplantes. Así pues, la tendencia de los últimos años se mantiene: los accidentes cerebrovasculares han ganado mucho terreno a los accidentes de tráfico y a los traumatismos craneoencefálicos como causa originaria de la entrega de órganos.
De otro lado, Asturias también suma en lo que va de 2014 más trasplantes de órganos que en el conjunto del año pasado. En concreto, 52 de riñón, 35 de hígado y 12 de corazón. El año pasado habían sido, respectivamente, 48, 34 y 14. El doctor Otero se muestra "razonablemente satisfecho" con el balance de actividad de lo que va de año. Por mal que se den las cosas, es seguro que Asturias cerrará 2014 con una de las tasas de donaciones más elevadas del país.
El Principado está acostumbrado a ocupar los puestos de cabeza, y en ocasiones el primer lugar del ranking. "Las cautelas han de ser máximas, como siempre, pero no es descabellado pensar que en lo que resta de diciembre puedan surgir una o dos donaciones más", indicó el coordinador autonómico. A su juicio, "lo prioritario es dar las gracias a los donantes y a sus familias". Un dato muy revelador: "En los últimos meses, no hemos tenido ninguna negativa de los familiares", señaló Jesús Otero, quien apostilló que "lo mejor de todo esto no son los números ni las marcas, sino que estamos hablando de enfermos que han podido salir adelante gracias a estos órganos".
Como es bien conocido, España cuenta con un modélico sistema de trasplantes de ámbito nacional, en el que un órgano obtenido en un determinado lugar puede acabar en cualquier otro punto del país. Sin embargo, los buenos resultados en el apartado de donaciones en una comunidad autónoma suelen llevar aparejadas unas menores esperas por un trasplante. Según el doctor Otero, los pacientes que requieren un trasplante de hígado o corazón, las demoras no alcanzan los tres meses. Entre tanto, los implantes de riñón registran esperas que rondan el año. En todos los casos, "son periodos inferiores a los del conjunto de España". El dato del riñón no debe sorprender, ya que los enfermos tienen la alternativa de la diálisis, que puede prolongarse por un tiempo variable. Para los pacientes que necesitan un corazón o un hígado, la urgencia siempre es mayor.
