Llegan las vacaciones de Navidad, uno de los momentos del año en los que la rutina se deja de lado y cobran protagonismo las salidas y reuniones con familia y amigos. Merece la pena apartarse del formalismo del look de oficina, para concederse algún capricho en la vestimenta del día a día. Si es cierto eso de que la ropa influye en el estado de ánimo, y viceversa, nada mejor que ponerse cosas bonitas encima para que estas jornadas sean aún más especiales.

Y para eso nada tan sencillo como echar mano de las tendencias de la temporada. Una de ellas es la combinación del cámel y el gris. Nunca falla, y menos si seguimos las pautas que marca el americano Michael Kors, con sus infinitos abrigos de alpaca que cubren vestidos largos en punto de seda con escotes pronunciados, aptos solamente para lucir en ambientes provistos de una buena calefacción.

Lo que está definitivamente pasado de rosca es pulirse la Visa para adquirir un vestidazo de cóctel que probablemente no abandonará el vestidor más de dos o tres veces al año. Mucho mejor decantarse por una falda de cuero en color tabaco, como la que presenta Gucci, con botas a juego y blusa verde de gasa, dotada de unos puños anchos abotonados, que presagian una de las constantes para la próxima primavera.

Y para quienes no tengan miedo a ser miradas y escudriñadas hasta el infinito, está el abrigo brocado ideado por Karl Lagerfeld para Fendi, que, fiel a su santo y seña, también incorpora toques de piel. El máximo del atrevimiento es llevarlo con botas blancas altas y guantes hasta el codo. En definitiva, las pasarelas ofrecen este año toda clase de propuestas para huir del consabido pequeño vestido negro, aunque será difícil que muchas sucumban a la tentación de enfundarse en uno.