A pesar de las campañas para eliminar las diferencias y los tópicos sexistas, los anuncios navideños, -alertan los expertos- ponen de nuevo cada año sobre la mesa cómo los juguetes mantienen aún numerosos estereotipos que segregan a niños y niñas en universos con roles sociales bien diferenciados.

Esta división, que tiene como principal plataforma publicitaria la televisión, no se limita sólo a los típicos juguetes que de forma tradicional se atribuyen a un sexo u otro (muñecas, cocinitas o disfraces de princesas para niñas; y coches, juegos de combate, y de tipo deportivo para ellos), sino que la han heredado los videojuegos, cuyos argumentos y tramas suelen también ceñirse a estos tópicos.

"La infancia es el momento en que se produce la socialización secundaria y se desarrollan las habilidades cognitivas. Que los juguetes tengan un componente sexista influye en el desarrollo de sus relaciones sociales y en la reproducción de roles en su vida adulta, en el hogar o en el trabajo", explica a Efe el profesor de Psicología y Ciencia de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Sergi Fàbregues.

Los juguetes son herramientas y experiencias lúdicas básicas esenciales en el proceso cognitivo, por lo que limitar a los niños o a las niñas a un tipo de juego reducirá también sus capacidades, alerta Fàbregues.

"Estos valores sexistas acaban influyendo en las relaciones de género que se darán en su vida como adultos", recalca el profesor de la UOC.

Los padres que pretenden romper con los tópicos regalando a sus hijos juguetes y objetos "neutros" -como bicicletas, libros, juegos de ciencia y otros de tipo educativo- han de competir con la presión de los catálogos y las campañas publicitarias televisivas, que -a veces de forma sutil y otras más directa- muestran a niños y a niñas jugando por separado y con juguetes bien diferenciados.

Pero, las "cartas" de los chavales a Papa Noel o los Reyes se alejan mucho de las buenas intenciones de algunos padres, que por miedo a desilusionar a sus hijos o por la "aversión al riesgo" acaban comprando algunos juguetes y videojuegos con los que no están muy de acuerdo, ya sea por su sesgo sexista u otros factores.

"El problema no son tanto los juguetes, sino la orientación que se les da, promocionándolos para uso exclusivo de niños o niñas. El problema es considerar como espontáneo o innato lo que es una construcción social y cultural", señala Conxa Royo, que junto a Fàbregues es miembro de la Unidad de Igualdad de Género de la UOC.

Un simple paseo por un centro comercial durante estos días sirve para comprobar que para los padres es realmente complicado combatir estos prejuicios.

"Camiones, grúas, dragones... Tenemos un niño en casa y es lo que toca", afirma resignada una madre acompañada por su hijo en una tienda de juguetes donde incluso los chillones colores de las cajas, rosa y tonos pastel para las "cosas de chicas" y azul y plateados, para los chicos, parecen anticipar el contenido,

"Regalos de Navidad para los dos, niño y niña. Para la niña, 'Chuchilandi' y 'Chocolandia', cosas de cocinar, y para el niño más bien del tipo 'Lego'; no tienen que ver el uno con la otra", reconoce a Efe otro joven padre consultado mientras realizaba las compras para estas fiestas.

Los expertos recuerdan que según datos del Consejo Audiovisual de Cataluña (un ente autonómico que vela por el cumplimiento de la normativa del sector), en la campaña publicitaria 2013-14 el 40 % de los mensajes publicitarios de los juguetes tiene algún estereotipo de género (de éstos, un 61,8 % representaban estereotipos masculinos y un 38,2 %, femeninos).

En este sentido, y como cada Navidad, los psicólogos recomiendan que se evite la "sobreexposición" de los menores al bombardeo publicitario televisivo o a los catálogos que abarrotan los buzones (con imágenes que refuerzan los estereotipos de género), o que se adecúen los juguetes elegidos a la edad de los niños.

Otro de sus consejos, que además puede servir de actividad pedagógica, es que la familia entera lea las "cartas a los Reyes Magos antes de entregarlas al paje" y, si los niños ya tienen una edad suficiente, reflexionar con ellos sobre qué juguetes elegir, aunque a veces aunar la "conveniencia" y sus deseos pueda resultar una tarea nada sencilla.