La participación en las últimas elecciones sindicales docentes fue 18 puntos menor que en 1998. Desde ese año hasta la fecha se celebraron en Asturias cinco elecciones sindicales, y el descenso de participación es constante, a razón de unos cinco puntos menos por convocatoria. Las elecciones que configuran la junta de personal docente no universitario se celebran en el Principado cada cuatro años.

Un resumen pormenorizado de los resultados obtenidos el pasado día 4 fue colgado hace unos días, por vez primera, en la página web de la Consejería de Educación. Tan en detalle que se recogen los resultados en cada una de las mesas electorales abiertas en colegios e institutos de la región.

La participación fue del 47,9 por ciento, un 3,6 menos que en 2010 y un 8 por ciento menos que en 2006. Fuentes de la Administración regional aseguran que no se había producido ni una sola impugnación a pesar de que el sistema electoral había cambiado. Desde siempre en Asturias el día de elecciones sindicales se cerraban las clases un par de horas antes. Esta vez el sistema consistió en permisos temporales a lo largo de la jornada. Algunos sindicatos entendieron el nuevo sistema como una forma de desalentar a los votantes, pero en realidad la merma de participación en relación con las elecciones anteriores mantuvo la tónica.

Este sistema se va a unificar en 2015 para todos los sectores de la Administración asturiana.

Los datos definitivos dicen que de un censo de 10.890 docentes con derecho a voto, 5.217 lo ejercieron , 316 lo hicieron en blanco y hubo 80 votos nulos. Por tanto, se escrutaron 4.821 votos con destino a candidaturas concretas. Había siete posibilidades y las siete lograron representación en la junta de personal. Lo más reseñable es la entrada de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI), que con 277 votos logró dos escaños de los 41 que componen dicha junta. Los votos de la Corriente provienen, se supone, de antiguos apoyos a Comisiones Obreras y a SUATEA.

En un clima de escaso optimismo entre el profesorado asturiano, sorprende que a pesar de que bajó la participación, los votos en blanco (316) fueron menos que los obtenidos hace cuatro años. El desánimo no encontró salida por ese conducto.

En el análisis fino, urna por urna, se encuentran algunas conclusiones. Por ejemplo, que SUATEA reina en Gijón, que ANPE lo hace en Oviedo, que UGT se mueve con solvencia por toda Asturias, que Avilés es zona muy repartida y que en las Cuencas se deja notar la impronta de CC OO.

Si tomamos el apoyo de cada una de las fuerzas sindicales en 1998 y 2014, se encuentran casuísticas muy variadas. ANPE mantiene la fuerza en torno al 20 por ciento; CC OO se deja por el camino nueve puntos, y es el que más pierde; SUATEA gana un tres por ciento y UGT se mantiene siempre en los mismos porcentajes, en torno al 23%. Lo mismo ocurre con CSIF (un 7%). La irrupción de CSI hace variar esos porcentajes. El censo electoral docente en Asturias lleva cayendo en las últimas cuatro convocatorias, pero sigue siendo superior al del año 1998.