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A los piojos les gustan los "selfies"

La moda de las largas melenas y de las fotos grupales con el móvil provoca un aumento del contagio de liendres entre adolescentes, como constatan los expertos

Ana Riestra pasa la lendrera a una clienta. A. R.

La gijonesa Ana Riestra de la Iglesia es especialista en pediculosis. Hace un año que esta emprendedora hizo de los piojos su particular negocio. Se dedica a desparasitar cabezas en una clínica pionera en la región, y un año después de que empezara su aventura empresarial para salir del paro -tras años dedicada al turismo- asegura que el nicho de mercado que ha encontrado sigue ganando potenciales clientes.

A los niños en edad escolar, fundamentalmente niñas entre los 4 y los 7 años, que siempre han sido las grandes damnificadas por los contagios, se les suman maestras, madres y abuelas. Y cada vez más adolescentes. De esto último tienen la culpa dos modas a cual más potente: la de las melenas largas y la de los constantes "selfies". "Cada vez hay más contagios entre las adolescentes. No quieren renunciar a las melenas ni a hacerse fotos de grupo, que se hacen cada cinco minutos para subir a Instagram, compartir en el whatsapp... Así que están todo el día cabeza con cabeza. No se recogen el pelo y ni hablar de cortárselo, así que son caldo de cultivo para los piojos", explica Ana Riestra, que ya se ha visto en la tesitura de tener que pasar el aspirador y la lendrera a adolescentes infestadas.

Así que ahora, en la campaña de prevención que ha emprendido por colegios y asociaciones, Riestra va a tener que sumar la alerta contra los "selfies". Porque si algo ha asumido esta emprendedora gijonesa es que no quiere quedarse sólo en ofrecer sus servicios como centro de desparasitación. Un proyecto gratuito y de carácter didáctico, que lleva a cabo en colaboración con La Mediateca y que complementa con charlas para padres y docentes, la está acercando a todos los colegios que demandan su presencia "para dar información sobre estos parásitos que siempre han estado con los humanos, que nunca se han extinguido, y que hay que combatir con información y sin tabús", cuenta.

Familias de todas partes de Asturias, incluso alguna de comunidades vecinas "donde no hay este tipo de negocio y que vinieron para hacerse un tratamiento completo un fin de semana a Gijón", han pasado por el centro Fuig Poll, de Gijón, para decir "adiós piojos", que sería la traducción del nombre de su negocio en catalán. Allí nació la franquicia que Ana Riestra importó a Asturias para hacer frente a una problemática que afecta, según los estudios, a un 30% de los escolares.

Riestra insiste en que los piojos cambian de cabeza "por contacto, ya que ni saltan ni vuelan". Y ya poco o nada tienen que ver con la higiene. "Hay personas que son más propensas que otras, depende del pH de la piel. Hay niños que nunca tuvieron ni tendrán piojos y otros que los llegan a tener hasta 4 veces al año", explica. Cepillar el pelo a diario, ir al colegio con el cabello recogido, evitar el intercambio de gorros, peines o enseres de pelo y pasar la lendrera a diario o varias veces por semana pueden ser un antídoto. Y evitar los "selfies".

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