Investigadores del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca han descubierto una placa de balano, una nueva especie de crustáceo desconocida hasta ahora en el mundo científico, en la cueva de Tito Bustillo (Ribadesella). Según Esteban Álvarez-Fernández, profesor del citado departamento, los balanos son crustáceos formados por seis placas dispuestas en forma de cono, cerradas por dos pares de placas más, que se pueden encontrar hoy en día adheridos a la superficie de las conchas de lapas y de mejillones. "Titobustillobalanus tubutubulus" es el nombre de la nueva especie.

La revista internacional "Annales de Paléontologie" acaba de publicar un artículo sobre el hallazgo, firmado por René- Pierre Carriol, del Museo de Ciencias Naturales de París, y por el ya citado Álvarez-Fernández.

La placa de balano, depositada en el Museo Arqueológico de Asturias, procede de las excavaciones arqueológicas realizadas a finales de los años setenta del pasado siglo en el área de estancia de la cueva por el profesor José Alfonso Moure Romanillo. En esta parte de Tito Bustillo, según explica Esteban Álvarez-Fernández, se documentaron diferentes niveles arqueológicos datados durante el Magdaleniense Inferior (hace 18.500 años), con abundantes evidencias de industria lítica (raspadores, buriles...), ósea (punzones, azagayas...) y una gran cantidad de piezas de arte mobiliar (plaquetas grabadas, esculturas, etcétera).

"La placa de balano, que vendría adherida a la superficie de alguna de las abundantes conchas de lapas que se han documentado y que fueron recogidas en la costa y consumidas en la cueva, se encontró junto a otros restos también de pequeño tamaño (vértebras de peces, puntas de agujas) gracias a la recogida de forma minuciosa del material arqueológico que realizó el profesor Alfonso Moure", explica Álvarez-Fernández.

Según el profesor de la Universidad de Salamanca, en los niveles de Tito Bustillo la presencia de huesos de reno, animal cazado por los grupos humanos, así como de topillo nórdico, "indican que el clima durante el Magdaleniense era mucho más frío que el actual".

El hallazgo de esta placa de balano y de otros restos de otros balanos localizados en otros yacimientos magdalenienses, como en la cuenca de El Cierro, también presentados en la citada revista, confirma que durante este periodo la temperatura del agua del mar era también más fría que en la actualidad, apunta el profesor Esteban Álvarez-Fernández.