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Jornada de puertas abiertas en el HUCA

Ejecutar acciones con sólo pensarlas

El investigador José Millán explica en Oviedo las claves de un dispositivo que lee el cerebro del discapacitado para que sus deseos se conviertan en movimientos

José Millán, a la derecha, y Amador Menéndez, a su lado, ayer, en el salón de actos del HUCA.

Realizar acciones aunque el cuerpo -pongamos el de un tetrapléjico o alguien afectado por una enfermedad neurodegenerativa- sufra una incapacidad congénita o sobrevenida. Parece ciencia-ficción, pero es una realidad ya tangible que, eso sí, requiere inversores dispuestos a jugarse sus cuartos para dar un vuelco a la vida de muchas personas. Hablamos de una neuroprótesis, una suerte de prótesis aplicada al cerebro. O, dicho más técnicamente, de un interfaz cerebro-ordenador o cerebro-máquina, cuya gran novedad consiste en que conecta el cerebro y la máquina sin la mediación física del individuo.

Sus claves fueron presentadas ayer en Oviedo por José Millán, natural de Huelva y profesor de la Escuela Politécnica Federal de Suiza, en Lausana. Su campo de acción se encuadra en la neuroingeniería, una disciplina científica que en España está dando sus primeros pasos. El profesor Millán fue uno de los ponentes en la jornada de puertas abiertas que ayer se desarrolló en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

"Lo que hacemos es medir la actividad eléctrica del cerebro de una persona", explica el profesor Millán. "Cada vez que intentanmos ejecutar un movimiento o cualquier acción, el cerebro pone en sincronía diferentes áreas, y esa sincronía se manifiesta a través de procesos eléctricos del cerebro: son las neuronas que disparan electricidad y se comunican unas con otras".

La creación de interfaces cerebro-máquina exige medir esa actividad y transferirla a un ordenador, que la analiza para determinar la intención de esa persona. Acto seguido, "el ordenador se conecta a la máquina con la que la persona interacciona, y hace que la máquina ejecute la acción que la persona desea". Unas acciones que quien sufre diversas discapacidades físicas no puede ejecutar directamente.

Estos dispositivos se hallan en un fase de desarrollo que el investigador de Lausana califica como "relativamente avanzada", aunque admite que "eso no quiere decir que todos los problemas estén resueltos". ¿Posibles aplicaciones? Por ejemplo, "asistir a personas con discapacidades físicas, para que puedan comunicarse a través de teclados virtuales en los que pueden escribir mensajes y enviarlos por internet". El interfaz salva las deficiencias motoras, de modo que el sujeto puede dirigir su silla de ruedas a través de una modulación de la actividad eléctrica de su cerebro.

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