Víctor García de la Concha, filólogo, director del Instituto Cervantes y presidente del jurado que ayer concedió el "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades a Emilio Lledó, define al autor de "El epicureísmo" como "un universitario, ante todo". Amigos y académicos de la Lengua, ambos comparten sesiones en la RAE y están en la misma comisión. De la Concha está convencido de que el discurso de Lledó en la ceremonia de entrega de los galardones se recordará. "Sus intervenciones son siempre prodigiosas de fondo y de forma".

"Es un universitario español que en los años de la posguerra, con una maleta de cartón, se va a Alemania a estudiar Filosofía en Heidelberg. Allí conoce a los grandes maestros de la filosofía y queda marcado para siempre por esta impronta de la filosofía germánica. Y uno de los maestros germánicos le lleva hacia el campo del contacto con los clásicos. Y se convierte en el gran conocedor de la filosofía griega, de la filosofía que iba a marcar toda la cultura occidental. Es tanto filósofo como humanista en el sentido de filología", añade.

La filosofía de Lledó lo centra todo en la palabra, explica García de la Concha. "La palabra es la que nos constituye y la que puede constituir una comunidad. El hombre, enseña él, tiende naturalmente a la comunicación mediante la palabra y su gran idea es la idea platónica de la ciudad de las palabras. Sólo mediante el cultivo del lenguaje, del encuentro con el otro por la palabra, lograremos construir una sociedad justa, una sociedad en libertad y una sociedad en democracia. Ésta es la esencia del pensamiento de Lledó. Sus libros son un prodigio de escritura española, es un gran estilista, un hombre absolutamente humanista".