Los perros están considerados como 'el mejor amigo del hombre', pero a veces se lo ponemos ciertamente difícil. Y es que existen muchos hábitos de los seres humanos que no soportan. Son gestos, comportamientos y conductas, en algunos casos conscientes y en otros inconscientes, que en el mejor de los casos pueden confundirlos, pero que en algunos casos les molestan especialmente.

Te descubrimos diez cosas que los perros odian de los humanos y que podrían llegar a provocar que se cuestionen realmente si quieren seguir siendo 'el mejor amigo del hombre'. No se trata de gestos excepcionales, sino de conductas, comportamientos y hábitos que en muchos casos realizamos a diario:

Tus abrazos. Muchos perros han aprendido a tolerar este gesto, pero eso no significa que les guste. De hecho, les hace sentir sin movilidad, atrapados, dominados y sometidos, por lo que no es raro que en realidad odien estos achuchones que a ti tanto te gusta darles. Tampoco las palmaditas en la cabeza les hacen nada de gracia.

La limpieza de la casa. Los perros son muy sensibles a los olores fuertes, por lo que no es de extrañar que lo pasen fatal con el ambiente que crean los productos de limpieza. Por la misma razón, tampoco tus colonias y perfumes les hacen nada de gracia. Prefieren mil veces tu olor corporal.

Soplarles. Probablemente todos los que tienen perro ya saben que a los perros les soplen, y mucho menos a la nariz o a las orejas. Sin embargo, eso no impide que muchos propietarios de una mascota canina repitan este molesto gesto.

Bañarles. Les metemos en un espacio reducido y sin movilidad, les mojamos de arriba abajo y para colmo les echamos jabón, perfumes, productos para desparasitarles... No es de extrañar que para la mayoría de perros el baño sea un momento odioso.

La correa. A los perros no les gusta nada por varios motivos, pero fundamentalmente porque les dificulta la exploración y olfateo, dos de sus aficiones preferidas. Tampoco les gusta nada llevar la correa tirante, un gesto que les provoca un incremento del nivel de estrés, frustración y excitación.

Apretar sus mofletes. Cogerles los mofletes no es un gesto que guste a los perros, ya que bloquea su movilidad y sus sentidos principales. Además, si se les tocan los bigotes todavía es peor, ya que se ponen muy nerviosos.

Tocarles las plantas de las patas. Ya hemos comentado que las patas de los perros son muy sensibles, pero todavía lo son más sus plantas de los pies. Además de tener cosquilla, tocárselas puede llegar a ser muy irritante para ellos.

Cortarles las uñas. Quizá exista alguna excepción, pero la mayoría de perros odian que les corten las uñas. El motivo es que sus patas son muy sensibles, por lo que este hábito resulta para ellos una auténtica tortura.

Jugar con su comida. Ponerles la comida delante del hocico pero no dársela no hace ninguna gracia a los perros. Tampoco soporta nada bien que intentes engañarle cuando le das una galleta, haciendo amagos y quitándosela cuando está a punto de cogerla.

Tu ausencia. Cada mañana, cuando sales por la puerta para irte a trabajar, a estudiar, a hacer recados... un vacío interior se apodera de tu perro, que sabe que no te verá durante horas. Éste es otro momento que tu mascota aborrece profundamente.