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Un camino entre pucheros

En la tierra de las fresas

Los garbanzos con langostinos, gambas y almejas y el rollo de lacón son dos de las especialidades del bar-tienda Ca' Libertá en Cuero, Candamo

Garbanzos con langostinos, gambas y almejas y rollo de lacón. ANA PAZ PAREDES

Entra junio con fuerza y, sobre todo, en el concejo de Candamo con un impresionante olor a fresas. Normal. En esta tierra reconocida por la calidad de esta maravillosa fruta, que celebra su XXXVII Festival de la fresa en Grullos, el próximo fin de semana, es un placer tanto recorrer su paisaje y disfrutar de su historia como comer en alguno de los bares con solera que se encuentran en sus pueblos. Tal sucede cuando se llega a Cuero, un pueblo precioso y soleyeru que se asoma a Asturias desde su balcón candamín y que, además del cultivo de fresas, también fue durante muchos años tierra de viñedos. De hecho, todavía hay algún vecino que muestra, orgulloso, sus cepas de albarín.

Allí, en un hermoso edificio pintado de azul al pie de la carretera, la historia de los bares-tienda de Asturias tiene en Libertad Fernández Fernández, de 87 años, a su mejor embajadora. Mujer de buena memoria, cordial y, sin duda, con mucho encanto, recuerda que sus padres abrieron el local allá por 1926. "Yo nací en este bar. Fuimos seis, de los que quedamos cuatro. Con casi treinta años me hice cargo del local. Cambió mucho todo aquello. Por aquel entonces funcionábamos con la libreta, es decir, que apuntábamos lo que la gente compraba y luego pagaban cuando podían", dice esta mujer, que, aun ahora, se pasa de vez en cuando por la cocina, donde su hija, Mari Paz Fernández, tomó el relevo de la madre cuando ésta se jubiló.

Son las dos, madre e hija, mujeres incombustibles y que, sin duda y por lo que sale en los platos, disfrutan cocinando para los que se acercan a su entrañable y acogedor establecimiento. Sólo 15 personas caben en su pequeño comedor, llegando a ser 22 cuando hay quien prefiere comer en las tres o cuatro mesas que están en el espacio que ocupa el chigre.

Un dato peculiar de Ca' Libertá es que sólo cocinan por encargo y con reserva, por lo que no tienen menú ni carta. Es por ello imprescindible llamar, encargar y reservar para evitar sorpresas de última hora. Entre sus elaboraciones se encuentran los garbanzos con langostinos, gambas y almejas; el rollo de lacón fresco, que va relleno de jamón, carne picada y huevo cocido; pote asturiano, fabada, fabes con pulpo, patatas rellenas o marmitako de bonito. Entre los segundos hay conejo guisado, pitu caleya, bacalao con pisto, rollo de bonito en temporada, cabrito, jabalí, cachopos e inclusive carne guisada.

Para los llambiones hay arroz con leche, tarta de turrón, tarta de la abuela, tarta de almendra, cuajada con fresas o su curioso y singular plato dulce de la abuela.

Además de por la comida y quien la hace, Ca' Libertá seduce por la calidez de su interior: paredes de piedra, madera, un organillo "que aún funciona" y el homenaje a la familia y a los vecinos con las fotos en blanco y negro que se muestran en sus paredes y, por supuesto, la parte de la tienda, también expuesta con mucho encanto. Además, tiene en el exterior una zona de jardín con algunos juegos para niños, con mesas y sillas donde se pueden tomar unas sidras o el aperitivo antes de comer. Eso sin olvidar las estupendas vistas.

Sus teléfonos de contacto son: 985828184 y 678501499. Cierra los jueves por descanso.

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