El porcentaje de hogares con menores de 16 años que no pueden disponer de ropa nueva ha crecido desde el 3,8 por ciento de 2009 hasta el 6,5 por ciento de 2014, según se desprende de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) para 2014 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esta ECV incorpora cada año un módulo para profundizar en distintos aspectos de las condiciones de vida de los hogares. La edición de 2014, realizada durante la primavera del año pasado, incluyó un Módulo sobre Carencia Material, completando así la información que todos los años se recoge en la encuesta sobre este tema.

Entre los datos que destacados se encuentra el aumento de hogares con carencias alimentarias (referente a la ingesta de fruta o verduras a diario o a tomar al menos una comida de carne o pescado cada dos días), aunque el INE señala en este punto que los datos son, en general, bajos.

Así, las familias con carencia de fruta y verdura se sitúan en el 1,2 por ciento, ante el 1 por ciento que se registraba cinco años antes, mientras que aquellas que no pueden realizar una comida de carne o pescado cada dos días suponen un 2,5 por ciento. En este caso la subida es más clara con repecto a 2009, cuando el porcentaje se situaba en el 0,7 por ciento.

En cuanto a las necesidades educativas o de ocio, el porcentaje de niños con carencias ha aumentado en todos los indicadores investigados desde 2009. Según apunta la ECV, un 1,9 por ciento no tiene libros adecuados para su edad; un 4,9 no dispone de equipos de ocio al aire libro, como bicicletas o patines; el 11,3 no practica regularmente actividades de ocio, ya sea un deporte o tocar un instrumento o asociarse a una agrupación juvenil; y, finalmente, un 10,4 por ciento no puede celebrar ocasiones especiales, como un cumpleaños.

Otra variable estudiada es la de los adultos (mayores de 16 años) que no se pueden permitir reunirse con amigos o familiares para comer o tomar algo al menos una vez al mes. Entre 2009 y 2014 el porcentaje de personas en esta situación ha pasado del 6,6 al 11,8 por ciento.

Por edad, el porcentaje más elevado se da en el grupo de 45 a 64 años, que pasa del 7,9 por ciento en 2009 al 15,3 por ciento en 2014. En el caso de la población con los ingresos más bajos, el INE indica que el porcentaje aumenta desde el 15,4 por ciento de 2009 hasta el 29,5 por ciento del año pasado.

En el módulo de esta ECV se incluye la pregunta '¿Gasta una pequeña cantidad de dinero en usted mismo cada semana?', las respuestas indican que, en 2014, el 16,9 por ciento de los adultos no se lo podía permitir, frente al 10,7 por ciento en esa situación en 2009. En cuanto a la relación con la actividad, el 35,6 por ciento de los parados declaró no poder afrontar esos gastos, frente al 10,6 por ciento de las personas ocupadas.

Finalmente, el documento destaca que un 41,3 por ciento de los hogares no podían permitirse la sustitución de muebles en 2014, frente al 36,8 por ciento que no podían en 2009.

Uno de cada diez hogares españoles en los que viven niños menores de 16 años no puede permitirse celebrar el cumpleaños de los pequeños debido a la situación económica que atraviesa la familia, y en seis de cada cien no pueden permitirse comprarles ropa nueva.

La falta de recursos de las familias también hace que dos de cada cien menores no puedan tomar al menos una comida de carne, pollo o pescado cada dos días, según los datos del Módulo de Carencia Material que forma parte de la Encuesta de Condiciones de Vida que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La crisis económica que desde 2008 afronta España ha hecho que el porcentaje de hogares en los que los niños no pueden celebrar su cumpleaños haya crecido desde el 6,5 % de 2009 hasta el 10,4 % de 2014, y el de los que no pueden disponer de ropa nueva lo haya hecho del 3,8 al 6,5 %.

Y ha provocado que aumente el número de menores con necesidades educativas o de ocio.

Así, el porcentaje de hogares con niños que regularmente no puede permitirse que hagan deporte, toquen un instrumento o formen parte de alguna organización juvenil es del 11,3 % (5,5 % en 2009), un dato que se eleva hasta el 27,9 % en el caso de la población con ingresos más bajos (20 %) y sólo afecta al 1,1 % de quienes más dinero tienen.