La Guardia Civil de Tráfico sacará a las carreteras españolas 45 coches dotados de radares totalmente camuflados. Los vehículos, C4 Picasso fabricados por Citroën en Vigo, tienen la característica de que son capaces de detectar en marcha a aquellos conductores que circulen a velocidad superior a la permitida. La cámara va camuflada justo encima de la matrícula, de forma que el mecanismo ya no se sitúa sobre el salpicadero. El agente que maneja el dispositivo ya no se situará en la parte delantera, sino en la trasera, de forma que habrá escasos signos que adviertan al conductor de que se trata de un radar móvil.
La jefa de Tráfico de Asturias, Raquel Casado, indicó que desconoce si estos nuevos radares se distribuirán en la región, pero que, en cualquier caso, la política de la DGT sigue siendo la de la "transparencia", de forma que se informará a los conductores de los lugares en los que se realizarán los controles y los radares "tendrán que ser visibles y estar señalizados, salvo en aquellos tramos en los que sea peligroso y se pueda poner en peligro la integridad de los agentes". Según Casado, el proyecto de trasladar los radares móviles a las carreteras secundarias, que se viene llevando a cabo de forma experimental en Asturias y Castilla y León, está funcionando bien y el mes que viene se extenderá a todo el país. "Lo razonable es que la gente sea cada vez más consciente, el objetivo es ir reduciendo las sanciones por exceso de velocidad", indicó. Además, "Asturias no es de las provincias donde más se multa".
