La ópera "Pepita Jiménez", de Albéniz, que se pondrá el lunes en el Campoamor promete fuertes emociones La presentación ayer tuvo mucho de puesta en escena del nuevo concejal de Cultura Roberto Sánchez Ramos que arrancó felicitándose por el cese del ministro Wert. Fue tal su emoción que prácticamente no pudo presentar a quienes le acompañaban en el Salón de Te del Campoamor. Durante la rueda de prensa sobrevoló siempre la escena de Calixto Bieito, rompedora y provocativa según su marca. Es el último título del XXII Festival de Teatro Lírico Español que se ofrece en el Campoamor desde marzo. Jorge Culla, intendente de Teatros del Canal de Madrid -que coproducir el título- destacó que era la cuarta vez que colaboraban con Oviedo y recordó cómo esta "Pepita Jiménez" había recibido el año pasado dos galardones en los Premios Líricos Teatro Campoamor. Indicó que Calixto Bieito retrasó la acción hasta los tiempos del franquismo para inspirarse en su propia infancia. Y es que, como indicó Culla, Bieito, de crío, jugando con su hermano, encontró huesos que después supo pertenecían a una fosa con restos de fusilados en la guerra civil. También incluyó en la función elementos surrealistas en la línea de Buñuel. Destacó el papel del coro de niños de la escuela ovetense Divertimento que dirige Iván Román, crítico de música de LA NUEVA ESPAÑA.

El maestro Marzio Conti, titular de la orquesta Oviedo Filarmonía, que llevará la velada desde el foso, afirmó a su vez que esta escena influye en la dirección musical. Indicó que su orquesta lleva cuatro años metida en el tejido social de Oviedo, "buscamos un público nuevo y joven". Comentó que su hijo va a venir desde Inglaterra para ver la función y asimismo varios amigos de Santander. Añadió que el público es plural así que espera que la función no resulte demasiado fuerte para nadie. La asistente del director de escena Zosia Dowjat subrayó por su parte el carácter psicologista de la obra.

Francisco González ÁlvarezBuylla, presidente de Oviedo Filarmonía y de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo insistió en que Oviedo debe seguir siendo la segunda capital del mundo, tras Madrid, en zarzuela. La soprano Nicola Beller explicó su papel como de Pepita Jiménez, los prejuicios de tiempos pasados, los marcos opresores y el vacío erótico de la joven viuda que le toca encarnar. "Quiere ser libre y no la dejan", añadió que "el teatro es siempre político, da un punto de vista; gusta o no pero crea una conversación". El concejal Sánchez Ramos remató la sesión volviendo a Wert. Comentó que ésta "Pepita Jiménez" que se promete polémica "no está programada por los rojos" sino por un equipo anterior a su llegada a Cultura. Elogió la labor realizada por los técnicos municipales.