Sin comida, sin agua y rodeados de suciedad. Así se encontraron ayer agentes de la Patrulla Verde de la Policía Local de Valencia a tres perros y un gato en una vivienda de la capital situada en la calle Rosales, en el barrio de Benicalap. Los animales, de diferentes edades, fueron trasladados a las instalaciones de la protectora para recibir tratamiento médico, ya que presentaban un "estado lamentable", según explicaron a Levante-EMV fuentes del servicio municipal.

Fue una vecina de la misma finca la que denunció la situación ante la policía, posiblemente alertada por el hedor que salía del piso, del que fueron testigos los agentes de la Patrulla Verde. Cuando rescataron a los animales, observaron suciedad, colchones y otros muebles rotos, ropa interior por los suelos y heces de los propios perros y gato esparcidas por el piso.

El propietario del inmueble, un joven de 20 años, esgrimió ante la policía que no tenía dinero para alimentar a los animales. Fuentes de la protectora explicaron que los ejemplares tienen chip identificativo. Al parecer, sus dueños, localizados en la tarde de ayer por los agentes, explicaron que habían dejado al joven a cargo de los perros y del gato para poder irse de vacaciones, hará cosa de un mes.

Sin embargo, los veterinarios y los agentes observaron que los perros tenían las uñas muy largas, lo que les hace pensar que llevan meses sin salir de casa. Los veterinarios de la protectora trataron durante la tarde de ayer de estabilizar a los animales, al mayor de los cuales se le notaban las costillas y la columna vertebral.

Los tres perros macho de 8, 4 y 1 años de edad y el gato macho de cuatro años de edad recibieron suero, antibióticos, antiinflamatorios y analgésicos. El mayor es el que en peor estado estaba. Este can carecía de algunas piezas dentales y sufría una grave infección bucodental.

Desde la protectora señalaron que se trata de un delito de maltrato por omisión y que la fiscalía debe intervenir.