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Paredes desnudas, la última tentación

Los arquitectos de interiores visten los tabiques de la casa con pinturas de fuerte textura en tonos neutros y ligeros, como el verde agua, el azul Tiffany y el gris perla, los nuevos blancos

Modelos de Lacroix.

Hubo un tiempo en el que las paredes se llenaban de cuadros, como en una cargante huida adelante de la desnudez, considerada poco elegante. Ahora, las cosas han cambiado y la mayoría de los decoradores aconsejan dejar las paredes desnudas, con toques muy cuidados de color como único elemento decorativo.

Las molduras barrocas y los espejos venecianos viven horas bajas en un momento en el que la simplicidad, estudiada al máximo, es lo que prima. Como todo, es cuestión de detalle. La tonalidad resulta fundamental para lograr la imagen deseada. No es lo mismo un muro pintado de rojo bermellón que un panel revestido de un delicado verde agua o de un gris perla que forma una especie de cuadro aparte, en una pared completamente blanca.

La personalidad de la estancia la definen el color y, también, el tipo de pintura. El temple ha sido uno de los productos más utilizados hasta la aparición de las pinturas modernas. Es una solución muy pastosa que se mezcla con agua en la cantidad apropiada, hasta que queda líquido y listo para pintar. Para sacar un color hay que mezclarlo con un tinte y agua.

Las pinturas plásticas dejan un acabado suave. Algunas vienen con el color preparado y otras se elaboran a gusto del cliente. Un buen truco para lograr una textura consistente es emplear pinturas de exterior y optar por un acabado satinado.

En España, a veces, resulta complicado encontrar este tipo de productos, consistentes y con cuerpo, que se emplean a menudo en otros países.

Los expertos consideran que los acabados mates disimulan los fallos de las paredes y los techos. Los satinados quedan más bonitos, pero solamente lucen en todo su esplendor en paredes muy bien pulidas, o en paneles de maderas o pladur, con superficies bien lisas.

Elegir bien la pintura, factor vital.

El color no lo es todo a la hora de pintar las paredes. Merece la pena tomarse un tiempo para buscar el tipo de pintura más adecuada al material del que está hecha la pared o el muro integrado en la construcción. También es necesario escoger brochas y rodillos de calidad, porque cubrirán mejor la superficie, se ahorrará pintura y se logra un acabado mejor. Para propiciar un mejor secado es importante escoger un día soleado. Además, está de moda utilizar pinturas bajas en componentes químicos, una elección mucho más saludable.

Líneas puras y la mínima expresión en muebles.

Los arquitectos actuales dan todo el protagonismo al espacio, de ahí el papel estelar de las líneas puras y de las estancias limpias, con pocos muebles, que dan sensación de claridad y pureza. Las maderas claras y las sillas en acero inoxidable y metacrilato son otras de las claves para acertar con la decoración de la casa, ahora que las familias cada vez tienen menos tiempo para el cuidado del hogar. Esto no debe ser un obstáculo para que todo esté bonito y acogedor. A veces, un simple panel en un color rompedor, como el de la imagen, basta para cambiar un ambiente.

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