El XIX Congreso de Arte Rupestre que comienza hoy en Cáceres reunirá a cerca de 700 investigadores internacionales. Cáceres cuenta con uno de los ejemplos de arte rupestre más curiosos de cuantos se han ido descubriendo en las cavernas prehistóricas. En este caso las pinturas se encuentran en la cueva de Maltravieso, donde hace unos 20.000 años el "Homo sapiens" dejó más de setenta manos humanas pintadas en negativo.

Posiblemente, sin ese hallazgo de 1956 -bastantes menos manos en un principio- la capital cacereña no habría sido elegida sede del XIX Congreso Internacional de Arte Rupestre, una cita que reúne a estudiosos y científicos procedentes de 52 países. Asturias también estará representada por dos buenos conocedores del arte rupestre de la región ya que hasta Cáceres se desplazan Adolfo Rodríguez Asensio, director de Patrimonio, y el profesor Marco de la Rasilla.

Organizado por la International Federation of Rock Art Organizations, organismo reconocido por la Unesco, el congreso se celebra a "unos metros" de la cueva de Maltravieso, una joya de pinturas rupestres y grabados correspondientes al Paleolítico Superior y que, curiosamente, está en pleno casco urbano.

Esta representación artística, en la que también se encuentran signos y figuras de animales, como bóvidos, cérvidos y caprinos, fue descubierta como consecuencia de la explotación de una cantera de la que se extraía caliza.

El descubrimiento de las manos de Maltravieso supuso en su día un giro para los estudiosos del arte rupestre en la península Ibérica, pues hasta entonces sólo se habían hallado pinturas de manos en negativo en Altamira y en la cueva pirenaica de Gargas. Hoy también se conocen bien las de la cueva de El Castillo.