Un nuevo monumento megalítico compuesto por 90 rocas en línea acaba de ser desenterrado en las inmediaciones del mítico Stonehenge. El descubrimiento se llevó a cabo gracias a un sofisticado radar que capta la presencia de las piedras, enterradas a algo más de un metro bajo la superficie. Cada roca tiene hasta 4,5 metros de altura y, en vez de formar un círculo como el Stonehenge original, se sitúan en línea recta a lo largo de la zona sur de Durrington Walls, un asentamiento neolítico rodeado por una zanja y una especie de fortificación, el mayor del Reino Unido.