La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

MIREIA FREIXA | Catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona

"Hay un seudoturismo cultural de gente sin preparación, que no sabe lo que ve"

"Evaristo Valle es un pintor enorme, a la altura de Darío de Regoyos o Nonell"

Mireia Freixa, ayer, en el Museo de Bellas Artes de Asturias. JULIÁN RUS

Mireia Freixa, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona, es una de las más destacadas especialistas en el periodo del modernismo en Cataluña. Dirige a un equipo de investigación que estudia la historia del arte y diseño contemporáneo y es miembro de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jordi. La profesora Freixa abrió ayer el ciclo de conferencias en el Museo de Bellas Artes de Asturias, con una charla sobre "Modernidad y modernismo en la pintura catalana a partir de las colecciones del Museo de Asturias".

-¿Qué tal es el conjunto de obras del modernismo del Museo asturiano?

-Toda la colección del Museo es espléndida, para ser un museo de provincias es buenísima. La histórica es impresionante y la de los siglos XIX y XX está muy bien. Me ha gustado la colección y también la arquitectura del edificio de la ampliación, de una calidad extraordinaria y muy respetuosa con las piezas. Como historiadora del arte, me sabe mal que se hayan derribado dos edificios históricos, uno de ellos creo que magnífico, del siglo XVII, y que sólo se conserve la fachada, pero el resultado me ha gustado. El museo es fantástico, es gratis y espero que esté en los circuitos. Tiene, además, catálogos muy buenos de grandes especialistas, como Francesc Fontbona y Javier Barón.

-¿En qué medida las obras modernistas de la colección Pedro Masaveu han enriquecido o revalorizado el museo?

-Es un conjunto de piezas de un coleccionista y, por tanto, responde a los gustos de una persona, pero está muy bien orientada, sobre todo en lo que serían las segundas vanguardias, es decir la parte de Isidre Nonell, Joaquín Mir y Anglada Camarasa. Los Mir son muy buenos y los Anglada realmente excepcionales, hay una o dos piezas de cada época de este último y todas buenas, diría que es casi más completa que la que hay en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Y hay unas pinturas anteriores al modernismo, de Baixeras y de Maifren, espectaculares. Es una gran colección.

-¿Este periodo tiene, en este momento de crisis, la valoración adecuada, tanto artística como económica?

-Depende. Una cosa es cómo está valorado en el extranjero y otra en Cataluña o en España. En Cataluña lo está y mucho, porque después del movimiento medieval, es el mejor del arte catalán; en España, el arte vasco y catalán de este periodo se considera la vanguardia. Otra cosa interesante de este museo es que tiene una buena colección de Darío de Regoyos, un artista asturiano que pasa por el País Vasco y que muere en Cataluña, donde se integra muchísimo. En Asturias, en un momento un poco posterior, hay un artista enorme que creo que está poco analizado por la crítica, que es Evaristo Valle. En la colección lo ponen al lado de Nicanor Piñole, que es interesante, pero pienso que es un pintor que puede ponerse al lado de Regoyos o de Nonell.

-¿Sabe cuántos técnicos conservadores tiene esta colección?

-Me lo han dicho hoy (por ayer), uno, que es el director. Es increíble. La cultura no le importa a nadie.

-¿También se nota en Barcelona?

-Se nota en todas partes. Mire usted, en las anteriores elecciones municipales me leí los dos programas de cultura de las dos candidaturas principales, las de Trías y Ada Colau. En el primero, la cultura tenía un valor patrimonial y, en el otro, la prioridad era la vivienda. Y entiendo que hayan salido los que han salido después de esta crisis. Barcelona es una ciudad espléndida, lo digo yo que soy de cerca de Tarrasa; es mediterránea, festiva, con una cultura y un patrimonio extraordinarios, pero tiene problemas de mala gestión del modelo turístico que impulsó Maragall, un alcalde estupendo. Le dio la vuelta con un baño urbanístico, que le hacía falta, le encontró su valor burgués y, finalmente, ha muerto de éxito. El modelo Barcelona hay que volver a analizarlo. El problema no es el turismo de borrachera, que también, sino el seudoturismo cultural de personas sin preparación que no saben lo que van a ver.

-¿Como se está viviendo el proceso separatista?

-Con mucha más paz y convivencia de lo que dice la prensa estatal. Cataluña es tierra de fronteras, siempre ha recibido a gente, nunca se ha visto a nadie como extranjero. Si se hubiera aprobado el Estatuto de 2010 no hubiera pasado nada. Cataluña lo había aprobado, en las Cortes lo votó todo el mundo excepto el PP y, después, van unos señores del Tribunal Constitucional y se lo cargan. Tampoco se ha entendido el tema de la inmersión lingüística que, en ningún momento, ha castigado al castellano porque la gente sale hablando catalán y castellano. La lengua catalana es un instrumento de integración social no de división.

-¿Ganarán la opciones independentistas?

-No lo sé. A pesar de toda la propaganda que han hecho en contra asustando, puede salir la independencia. Han roto demasiados vínculos, toda la gente que salimos a la calle en 2001 pidiendo el Estatuto hemos salido ahora pidiendo la independencia. Allí siempre se ha respetado muchísimo la cultura española, porque es una gran cultura.

-¿Le asusta?

-Habría que llegar a un pacto para la no independencia, no tiene sentido en una Europa de los estados aunque, desde mi punto de vista, una Cataluña fuera, como Suiza, no me haría daño.

Compartir el artículo

stats