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El Coro Marinero "Manín" de Lastres abrirá la temporada de la Filarmónica

La sociedad ovetense cumple 109 años con problemas de afiliación, pero con la esperanza de que el trabajo en las redes le dé una nueva dimensión

El "Trío Clapiachelo", formado por Alberto Veintimilla, Purita de la Riva y Vegun Sarkisof. LNE

El 6 de octubre la Sociedad Filarmónica de Oviedo abre temporada con el concierto número 1.927 desde el inicio de sus actividades hace 109 años. El Coro Marinero "Manín" de Lastres, dirigido por el maestro Faustino Martínez, será el encargado de iniciar el ciclo que llegará hasta el mes de junio del próximo año. Interpretarán varias obras del maestro Martínez, que también compone; "Viento del Norte", de Fernando Argüero, para terminar con la Salve Marinera de la Marina española.

La Filarmónica tiene algo más de 500 socios. No pasa por un momento económico fácil. No recibe ayudas públicas o apenas, como indica su presidente Jaime Álvarez-Buylla. En todo caso ha iniciado una intensa actividad en las redes sociales y asimismo le están llegando crecientes peticiones de artistas jóvenes para actuar en la institución porque tiene un prestigio nacional casi inigualable. No en vano en la Filarmónica tocaron o cantaron Rachmaninov, Bartok, Ravel, Horowitz, Jascha Heifetz, Casals, Rubinstein, Victoria de los Ángeles, Pilar Lorengar o Monserrat Caballé. Entre los directores, primerísimas figuras mundiales como Hans Knappertsbusch o Ataúlfo Argenta.

El 20 de octubre, segundo concierto de la temporada a cargo del "Trío Clapiachelo", formado por Alberto Veintimilla, clarinete -anterior director del Conservatorio Superior de Oviedo- Purita de la Riva, piano y profesora de varias generaciones de pianistas y Vegun Sarkisof. Interpretarán obras de Mendelssohm, Poulenc, Chopin, Falla, Granados y González del Valle.

"No contamos con subvenciones y a este paso la Filarmónica puede desaparecer", comenta su presidente, Álvarez-Buylla. "Tenemos muchos socios que por razones de edad ya no pueden asistir a los conciertos pero aún así no se dan de baja. Gente muy fiel, es muy importante".

Una visión pesimista que se equilibra con la nueva realidad en las redes sociales de la Filarmónica que, en poco tiempo, está dando una nueva dimensión a la institución musical y permitiendo que la campaña anual de captación de nuevos socios curse por otras vías. En otro plano, la potencia histórica de la Filarmónica atrae a artistas, sobre todo solistas y grupos de cámara, que suman a su curriculum una muy valorada actuación en Oviedo. Dos factores que quizá en poco tiempo den un vuelco a la Filarmónica y que de estar en una difícil situación económica pase a una fase de expansión y crecimiento en todos los sentidos.

"Recuerdo que hace unos años, no muchos", comenta el doctor Álvarez-Buylla, "unos músicos de Israel que tocaron aquí quedaron impresionados por la documentación que atesoramos, por las fotos de los artistas que nos habían visitado, los programas y en general el archivo de la sociedad. Una cosa así no existe en Europa, dijeron, y lo sabemos bien porque la acabamos de recorrer dando conciertos". En efecto, el propio archivo de la sociedad es un depósito cultural de incalculable valor que, dado a conocer, puede ser otro activo a la hora de reclutar nuevos socios.

En los meses de noviembre y diciembre, límite temporal hasta el que llega la programación ya consolidada, actuará, el día 3, el trío Pedrell, con Ferrán Bardolet, chelo; Jordi Humet, piano y Christian Torres, violín. Interpretarán obras de Dvorak, Turina y Beethoven. Después, el 25 de noviembre, Ars Colleguium que abordará conciertos de Vivaldi, Bach, Haydn y Mozart y, ya en diciembre, el día 3, la orquesta de cámara Verner Collegium y un programa en el que figuran Vivaldi, Mozart, Elgar, Casals o Berstein y el dúo Cristina Gestido y Marta Tejido, viola y piano, subirán al escenario el 16 de diciembre para interpretar piezas de Schumann, Glinka, Enesco o Hindemith y rematar el año.

Los socios pagan 18 euros al mes que les dan acceso a dos conciertos. "La música es un sentimiento", añade Álvarez-Buylla, "y es asimismo una ciencia, lo que la convierte en cierto modo en elitista porque hay que cultivarla y eso, a su vez, es caro, requiere dinero y esfuerzo".

La propia tradición oral de la Filarmónica es un tesoro. Como cuenta su presidente "aquí, por ejemplo, presentó a Bela Bartok el poeta Gerardo Diego que estaba de catedrático en un instituto de Gijón. Mi abuelo habló con él, que había estado en Hungría y le pidió que interviniera como presentador porque su música era distinta y entonces chocaba un poco". También tocó en la Filarmónica "Granados que al poco fue a EE UU a estrenar 'Goyescas'. El presidente de EE UU lo fue a saludar. Partió hacia Europa en un buque de carga que un submarino alemán hundió y murió junto a su esposa. Hubo una colecta general que encabezó el rey Alfonso XIII. En la Sociedad Filarmónica de Oviedo se dieron varios conciertos y el dinero se entregó a la familia de Granados".

Y el gran director de orquesta cántabro Ataúlfo Argenta "empezó como concertista en la Sociedad Filarmónica. Muy joven, con 26 años. Tocó el 'Carnaval' de Schumann. Don Saturnino Fresno lo escuchó antes en su casa de la calle San Francisco y dijo que sí, que era un buen pianista".

El futuro de la Filarmónica está en la visibilidad, dice Buylla. La calidad hace mucho tiempo que la tiene acreditada.

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