El Ayuntamiento de París impondrá a partir de este jueves multas de 68 euros a los fumadores que arrojen las colillas a la calle, en una iniciativa con la que la capital francesa quiere combatir tanto la contaminación ambiental como la visual.

Cada año, los servicios de limpieza parisinos recogen unas 350 toneladas de restos de cigarrillos. Las autoridades locales lanzaron este verano una campaña de concienciación en la que distribuyeron unos 15.000 ceniceros e instalaron 30.000 nuevas papeleras.

Tras esta campaña, la ciudad endurecerá a partir de este 1 de octubre las multas para quienes sigan arrojando colillas al suelo, de tal forma que el castigo pasará de los actuales 35 euros a 68.

El problema se ha agudizado desde que entró en vigor en 2006 una ley antitabaco que prohíbe fumar en lugares públicos. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha llamado en un comunicado a la colaboración de las empresas, a las que ha propuesto medidas de "sensibilización" y la instalación de ceniceros en los lugares frecuentados por sus empleados.