"Un maestro de una generación de maestros". Así definió el poeta valenciano Carlos Marzal a Jaime Gil de Biedma, durante el homenaje que organizó la Cátedra Emilio Alarcos ayer en Oviedo, para conmemorar el 25 aniversario de la muerte del poeta de la Generación del 50. "Es un poeta con voz propia, que mezcla la ironía y la melancolía con un tono de bolero, de canción. Gil de Biedma es vitalista, canta a la juventud, al amor físico. Es el mejor poeta erótico de su generación. Quería que viviéramos la aventura de la vida a través de su poesía", añadió Marzal.

La directora de la cátedra, Josefina Martínez, fue la encargada de abrir el encuentro literario en el Salón de actos de la Biblioteca de Humanidades, en el Campus del Milán de Oviedo. Inició su discurso leyendo un fragmento de la autobiografía de Gil de Biedma y de lo que otros autores habían escrito sobre él. Y destacó una frase del propio poeta que podría ser definitoria de su obra. "Mi poesía es una tentativa de inventarme una identidad". Una identidad que al final se vio salpicada por actos y sentimientos reales que salieron a la luz sin que el propio Gil de Biedma los hiciera públicos, tal y como destacó otro de los participantes en el acto, el catedrático de la Universidad de Oviedo, José Luis García Martín. "Era un poeta erótico, pero a su manera. Era homosexual, pero siempre hablaba del amor sin entrar en detalles. No escribía para un gueto, escribía para todo el mundo. Por eso, cuando le ponen etiquetas, no están leyendo a Gil de Biedma como él quería que se le leyera". García Martín añadió que un libro publicado recientemente desmiente la teoría de que Gil de Biedma no fue aceptado en el Partido Comunista por su orientación sexual. "Esta versión mantiene que no llevaba una vida discreta, propia de militante, y que por eso el partido consideró que su ingreso no era lo más adecuado", explicó. Un punto con el que demostró no estar de acuerdo otro participante del encuentro, el poeta Luis García Montero. "El propio Gil de Biedma me contó a mí que no le habían dejado ingresar en el partido por su homosexualidad. Porque creían que podía ser chantajeado por la policía y que le acabarían tirando de la lengua", afirmó.

Pero polémicas a parte, todos coinciden en que su obra es una de las paradas obligatorias para futuros escritores y público en general. "Gil de Biedma es uno de los poetas contemporáneos que forma parte de la educación democrática. Que supo hablar de todo adaptándose a la época en la que vivía", apuntó García Martín. "Fue uno de los maestros que me ayudó a abrir las puertas en las que podía encontrar mi yo literario", añadió García Montero.