Admiradora del pintor estadounidense Edward Hopper, que inspiró algunos de sus cuentos y poemas, Ioana Gruia, ganadora del premio de poesía "Alarcos" 2015 con "Carrusel", se mostró ayer "feliz y honrada por un galardón tan ligado a las figuras de Emilio Alarcos y Ángel González". El jurado, presidido por Luis García Montero, codirector de su tesis y compañero en la Universidad de Granada, destacó la "intensidad lírica y la frescura literaria" de su poesía.
-¿Qué tipo de poesía se encontrará el lector de "Carrusel"?
-Hay varios temas, entre los que destaca la meditación sobre la infancia incorporada a nuestra identidad de adultos. Un escritor siempre está ligado a la infancia y a su reconstrucción a través de la literatura. Al escribir hacemos siempre una construcción de la emoción poética que es reelaboración de la memoria.
-¿Qué papel desempeña la identidad femenina en este poemario?
-Quise incorporar la reflexión sobre lo femenino como materia poética también ligada a la infancia, pero igualmente a la reflexión sobre los trayectos existenciales femeninos. Hay un poema homenaje a Sylvia Plath en el que hago un homenaje a la meditación que hace sobre lo femenino como inteligencia, como creatividad. También hablo de las heridas que muchas veces sufre la identidad femenina. Todo es más difícil para nosotras.
-¿Es diferente la poesía escrita por mujeres?
-A la hora de incorporarse a la literatura la mujer puede aportar mucha riqueza. A mí me interesaba incorporar como materia poética la reflexión sobre la maternidad, que es algo que muchas veces no está visibilizado en la literatura.
-¿Qué añade "Carrusel" a sus anteriores poemarios?
-Aquí he procurado ahondar más en la cara más insospechada y problemática de la infancia, en el sentido de la niña que prefigura a la adulta y el desajuste entre lo que pensamos cuando somos niños de lo que va a ser la vida y lo que al final acaba resultando.
-Es admiradora de Hopper, ¿qué le atrae de su pintura?
-Es un pintor muy narrativo que plasma muy bien varias sensaciones muy actuales. Su imaginario tiene mucho que ver con nuestro imaginario contemporáneo: la soledad de sus mujeres, la soledad de las grandes ciudades, la desolación de las afueras y una sensación de espera, de expectación que es muy contemporánea. Hopper es para mí un filón poético y narrativo inagotable. Le he dedicado varios poemas y escribí varios cuentos a partir de sus cuadros.
-Luis García Montero, compañero en la Universidad de Granada, preside el jurado que le otorgó el premio, ¿teme que se hable de favoritismo?
-Espero que no, el premio ha sido por unanimidad y tras una selección previa y secreta de candidatos. La gente puede hacer interpretaciones, pero esto es algo con lo que siempre hay que contar en literatura. No tengo ningún temor porque además creo que lo más importante es que la gente lea la obra. García Montero es un gran poeta, un amigo y un maestro muy querido. Conozco su poesía hace muchísimos años y ha dejado una influencia indudable en la mía.
-¿Cuál es, a su juicio, el papel de los premio literarios?
-Muy importante, sobre todo en el contexto actual, donde es muy difícil publicar. Un premio no hace ni mejor ni peor un libro, pero es una buena oportunidad para que alguien consiga publicar.
