En el Sínodo sobre la familia que se celebra en el Vaticano se insistió ayer en la necesidad de que la Iglesia intervenga en la educación sexual al considerar "desastroso" lo que se enseña, informaron los portavoces del Vaticano.

Entre los padres sinodales, los participantes que tienen derecho al voto, se suscitó la cuestión de la sexualidad en el matrimonio. En el debate se propuso que "la Iglesia entre en la educación sexual de una manera clara, pues los padres y madres no hablan con sus hijos y dejan este tema a la educación pública, que es desastrosa", explicaron.

Se hizo hincapié en la necesidad de que la Iglesia "tome este papel presentando la buena noticia de la sexualidad humana como camino de amor y no de pecado". Al respecto, se afirmó que ante este tema "la experiencia de las parejas católicas tiene que guiar a la Iglesia en este campo". Algunos participantes pidieron la creación de una comisión para no tomar decisiones precipitadas.

Por otro lado, el papa Francisco denunció ayer que "la concentración en intereses particulares y los efectos de políticas injustas" frenan iniciativas contra el hambre y la malnutrición, en una carta enviada por el Día Internacional de la Alimentación. En la misiva al director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, Francisco afirma que "no obstante los esfuerzos realizados, son millones de personas las que pasan hambre y malnutrición". "Sobre todo por la distribución inicua de los frutos de la tierra, pero también por la falta de desarrollo agrícola", señala el pontífice. Ante el que define como "doloroso escenario", Francisco explica que se está "reclamando con urgencia" que "se retome la inspiración" que condujo al nacimiento de esta agencia de la ONU.

Francisco hace repaso en su misiva de las injusticias de un mundo en el que "aumentan las diferencias en los niveles de bienestar, ingresos, consumos, acceso a la asistencia sanitaria, educación y por lo que concierne a una mayor esperanza de vida". Y pregunta en su carta: "¿Es aún posible concebir una sociedad en la que los recursos queden en manos de unos pocos y los menos favorecidos se vean obligados a recoger sólo las migajas?".