Las primeras imágenes invaden la pantalla del teatro Filarmónica de Oviedo y los numerosos espectadores que las contemplan tienen el privilegio de vivir la misma sensación de asombro que invadió a quienes acudieron a los cines españoles el 7 de noviembre de 1979 para ver la película de la que todo el mundo hablaba: "Apocalypse now". Ignorantes, en aquel momento, de que asistían al nacimiento de un clásico.

El ciclo "Coppola portátil", organizado por la Fundación Princesa de Asturias, recuperó la versión original de la cinta, años después ampliada por el propio director con escenas cortadas en el primer montaje. Y con una calidad digital que en los años 70 no existía. Y en versión original. Antes de la proyección, el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, autor del libro "The Horror! The Horror! Variaciones sobre 'Apocalypse now' ", hizo una presentación de marcado acento literario al reflexionar sobre las relaciones entre cine y novela. En este caso, Coppola tiró muy libremente de "El corazón en las tinieblas", de Joseph Conrad, de la que conserva algunas frases y el nombre de un personaje misterioso, pero, sobre todo, con la que comparte el espíritu de viaje al interior del horror de la naturaleza humana. Propuso Domínguez un juego revelador: ver la escena del clásico "El nacimiento de una nación" y descubrir que en la secuencia del Ku Klux Klan se escucha la "Cabalgata de las Walkirias", la misma música wagneriana que Francis Ford Coppola empleó en la célebre escena del ataque de los helicópteros norteamericanos a un poblado vietnamita. Ese hermanamiento musical entre dos obras de arte tan distantes en el tiempo puede ayudar a entender, según Domínguez, la enorme complejidad de una cinta imperecedera.

El crítico de cine Jordi Costa se sumó a la consideración de "Apocalypse now" como obra maestra, un género en sí mismo al que pertenecen otros títulos realizados por artistas con clara vocación de trascender en el tiempo y poner pantallas arriba la forma de hacer cine, desde Griffith a Orson Welles. Recordó Costa que la cinta de Coppola llegó en un momento en el que un grupo de cineastas se planteó si era posible hacer películas adultas en Hollywood. Así surgieron "Malas calles" o "El Padrino", además de "Apocalypse". La irrupción rompetaquillas de "La guerra de las galaxias" y "Tiburón" lo impidió, gestándose una "celebración de la inmadurez" que aún se mantiene. Nació pues el clásico coppoliano con vocación de obra total en permanente estado de peligro "y autocombustión". Esclarecedor (y estremecedor) es el documental que sobre el rodaje hizo la esposa del director, Eleanor, en el que se ve claramente la oscuridad que envolvió al artista en "una jungla salvaje" que fue devorando a su creador, en muchos momentos acorralado por un bloqueo que le dejó al borde de la locura, escuchando los latidos de sus propias tinieblas. "Riquísima e inabordable" película en la que se abren nuevos laberintos con cada visionado, Costa sostiene que es, incluso, "mucho más rica de lo que el propio Coppola intuyó mientras la hacía". Y eso es porque el azar y el subconsciente del cineasta se manifestaron sin domesticar. Abrió Costa una vía para el debate al afirmar, en relación a la versión Redux que amplía el metraje inicialmente estrenado, "que es un ejemplo de que no siempre es preferible la versión del director". En definitiva, "Apocalypse now" es una propuesta que dejó huella en la historia del cine, y que, aún hoy, conserva intacta su capacidad para "desafiar al espectador".