La concesión de un premio lleva implícita, junto con el reconocimiento a una trayectoria determinada, la puesta del foco sobre una labor en muchas ocasiones silenciosa.

El premio "Princesa de Asturias" de la Concordia 2015 a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios es un premio (como recuerda Jesús Etayo, hermano general de la Orden) que pertenece a las personas que nuestra institución atiende en el mundo. Muchas de ellas están en riesgo de exclusión social, con un gran nivel de vulnerabilidad social (enfermos, dependientes, personas sin hogar, inmigrantes, personas con discapacidad/diversidad funcional, personas mayores o con problemas de salud mental).

Es un premio también para toda la familia hospitalaria de San Juan de Dios, hermanos, colaboradores, voluntarios y bienhechores que día tras día están al servicio de las personas que son asistidas en los cerca de 400 centros existentes en los cinco continentes, en los 55 países donde está presente nuestra orden.

Por último, y como no puede ser de otra manera, este premio va a todas las personas que con generosidad se entregan hasta las últimas consecuencias: recordamos especialmente a los dieciocho hermanos y colaboradores de nuestra familia que hace un año fallecieron en Liberia y Sierra Leona a causa del ébola y que constituyen la punta del iceberg de otros muchos que a lo largo de casi 500 años de historia han dado la vida por los demás, comenzando por nuestro fundador.

Desde que en el siglo XVI San Juan de Dios fundase en Granada el primer hospital con un concepto moderno e integral de la atención a la persona enferma, la Orden ha ido creciendo y sabiendo adaptarse a las necesidades cambiantes de nuestro mundo.

Claro ejemplo de esa capacidad de adaptación a los tiempos que le toca vivir es el Sanatorio Marítimo de Gijón y al que el hecho de ser el único centro de la Orden en el Principado de Asturias ha motivado que recaigan sobre él una atención de la que no siempre ha sido objeto.

A pesar de galardones como la medalla de Asturias de Plata en el año 1995, el Premio de la Asociación de Federaciones de Vecinos de Gijón "Solidaridad 2004", la Medalla de Plata del Ayuntamiento de Gijón en 2005, el Premio Fundación Emilio Barbón 2010 o el Trofeo Superación otorgado por la Dirección General de Deportes de la Consejería de Cultura y Turismo en 2010 nunca antes habíamos vivido semejante aluvión de entrevistas y reportajes en medios tanto escritos como audiovisuales.

Las caras de sorpresa de algunos periodistas al visitar por primera vez un centro que acaba de celebrar los 70 años de existencia nos han hecho ser conscientes de que aunque todos los gijoneses y muchos asturianos no tienen dificultad alguna para ubicarnos espacialmente (nuestra situación frente a la bahía gijonesa es privilegiada), la cosa cambia si se les interroga acerca de la labor que venimos desarrollando.

Desde que el día de la Santina de 1945 abriese sus puertas para desarrollar una actividad sanitaria y rehabilitadora de carácter benéfico en relación a las secuelas de polio y otras afecciones físicas en miles de niños y jóvenes, la evolución ha sido constante. Los años 60 vivieron la puesta en marcha de una de las primeras aulas hospitalarias de España así como el posterior giro hacia la discapacidad intelectual con el reconocimiento en 1966 por el Ministerio de Educación como Colegio de Educación Especial. Un año más tarde se le reconocería asimismo como Centro de Empleo protegido para Trabajadores Minusválidos.

Muchos gijoneses aún recuerdan su paso en la década de los 70 y 80 por algunas de las consultas concertadas con la Seguridad Social (oftalmología, foniatría, fisioterapia...), aunque poco queda ya de ese Marítimo que ellos conocieron.

Es todo uno traspasar la entrada principal y descubrir que tras la fachada marítima conocida por todos existe un moderno centro que con más de 18.000 metros cuadrados edificados es un referente en Asturias como Centro de Atención Integral a Personas con Discapacidad Intelectual.

En la actualidad el Sanatorio Marítimo se estructura en tres áreas diferenciadas que desarrollan su labor mediante conciertos con las Consejerías de Educación y Cultura y la de Servicios y Derechos Sociales: el área educativa, el área ocupacional y el área residencial.

Para los más de 270 usuarios que día a día estudian, trabajan y/o viven aquí, la concesión del premio "Princesa de Asturias" de la Concordia 2015 ha supuesto una pequeña revolución en su vida diaria. El hecho de tener la oportunidad de explicar ante un micrófono o una cámara cómo es su día a día y sentirse protagonistas por unas semanas de algo tan extraordinario no puede sino llenarles de alegría y, por qué no, también de orgullo.

La guinda a estos días de grandes emociones ha sido la posibilidad de que un grupo de usuarios, hermanos, trabajadores, voluntarios y familiares puedan acudir al hotel Reconquista el día 23 de octubre a vivir más de cerca la ceremonia y sentirse partícipes del gran evento social y cultural del año en nuestra región.

Para todos los que formamos parte de la gran familia hospitalaria de San Juan de Dios, la visualización y reconocimiento al arduo trabajo también supone un aliento para seguir profundizando en la hospitalidad, calidad asistencial, respeto, responsabilidad y espiritualidad que han venido guiando nuestra labor durante estos 70 años.