"¿De qué quieren hablar?". Francis Ford Coppola cedió el protagonismo a los jóvenes realizadores, estudiantes de cine y cinéfilos con quienes compartió un café y que abarrotaron el salón del Dindurra en el acto más distendido del laureado cineasta durante su estancia en Asturias.

El creador de la saga "El Padrino" veía prioritario hablar del futuro del cine, si bien el porvenir del séptimo arte no pareció prioridad para los aspirantes, que obviaron el tema. Se acababa el tiempo, y desde fuera entraba el sonido de los aplausos que recibían a la Reina Letizia. Francis Ford Coppola se apresuró a concluir el encuentro. "Ya que no me preguntáis por el futuro del cine, os lo cuento yo", manifestó entre las risas de los asistentes. Y de este modo auguró que será la literatura quien asuma el relevo generacional del cine.

En ese futuro también está internet, una inquietud más recurrente entre los presentes, y su incidencia en la producción cinematográfica. "El cine puede ser de un minuto, de una hora o más. Todo dependerá del público, de cómo y cuándo lo quiere", explicó el ganador del premio "Princesa de Asturias" de las Artes. "La experiencia de la sala de cine es maravillosa, pero también se puede disfrutar en casa", sentenció.

Pero sustituir el proyector y las latas por un mando y una televisión no son las únicas transformaciones a las que se ha enfrentado el celuloide y en consecuencia quienes a ello se dedican. También es un momento difícil para las películas artísticas, otrora denominadas experimentales, y que actualmente se conocen como cine independiente. El cine es una industria que ha retribuido mucho dinero a sus inversores y además está Hollywood, "una idea para ganar dinero", denunció el director de "Apocalypse Now".

En el mensaje que emana de las palabras de Coppola destaca la idea como motor de la acción en detrimento del entorno. "Cualquier proyecto creador tiene una idea detrás, un tema que es muy importante tener en cuenta a la hora de llevar a cabo una película", inició antes de citar varios ejemplos: "con 'El Padrino' era la sucesión y en 'La conversación' era la privacidad. Sólo una palabra. Tomas millones de decisiones al día pensando en ese tema", matizó.

Resulta evidente para el autor que "una película debe ser personal y no que puede hacerla cualquiera. Ése es el reto", sostuvo Coppola, que ve cómo las prioridades han cambiado desde sus inicios en este mundo artístico. "La idea de ser rico haciendo cine es algo nuevo, antes buscabas ganar dinero sólo para comer", criticó.

De símil en símil radiografió la situación actual del cine. Acudió a la mitología griega para ejemplificar a través de la historia de Prometeo que "el cine está encadenado". El riesgo de esta tesitura lo verbalizó en forma de pregunta abierta: "Si no podemos experimentar, ¿cómo va a evolucionar el cine?".

Además tuvo tiempo para la melancolía: "Me gustaría ver el cine de sus nietos, no podré y les tengo envidia por ello", suspiró. No obstante, y durante hora y media de charla, el creador estadounidense no sólo respondió de su faceta artística. Si para Coppola el cine "es el arte de nuestro tiempo que pretende iluminar la vida contemporánea", resulta obvia su preocupación por el mundo y sus problemas. "Hay cosas terribles y descorazonadoras como los refugiados sirios, pero soy optimista y positivo con el futuro del mundo. En cada periodo histórico han tenido lugar cosas horribles, pero no conozco ningún periodo de la historia mejor que éste", resaltó.