El tiempo casi se paró en la mañana de ayer en el vestíbulo del hotel de la Reconquista cuando hizo su entrada el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, rodeado de fotógrafos, y acompañado por Begoña Gómez, su esposa, una mujer alta, rubia y discreta. Eso sí, muy consciente del interés que despierta su figura, como posible primera dama del país, si su marido llega a la presidencia del Gobierno tras las elecciones del 20 de diciembre.

A diferencia del candidato y líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que ya vino el año pasado a la ceremonia de los Premios, para el matrimonio Sánchez-Gómez el de ayer fue el estreno en la alfombra azul del Campoamor, y también en los corrillos del Reconquista antes del almuerzo que la Fundación ofrece a los premiados y a los invitados.

"Estoy encantada de encontrarme en Oviedo y de venir a los premios, considero que son algo muy importante que debe cuidarse", contestó la mujer de Sánchez a preguntas de LA NUEVA ESPAÑA, mientras junto a su marido esperaba para saludar al presidente del Principado, Javier Fernández.

Begoña Gómez, bilbaína de nacimiento, con raíces familiares en Valderas, un pueblo del sureste de León, donde la recuerdan como una niña guapa y muy alta y rubia como su madre, la esposa de Sánchez defendió, como también hizo su marido, la vigencia de los galardones y se mostró contenta de poder asistir a la ceremonia del Campoamor.

También consideró "lógica" la expectación que causa Pedro Sánchez. "Es lógico que todo el mundo se dirija a él". Dicho lo cual, a la ejecutiva, especializada en cuestiones de cooperación al desarrollo, licenciada en marketing, con un máster en Administración de Empresas, sonrió cuando se le apuntó la posibilidad de que a partir de ahora tenga que acudir a menudo a la entrega de los Premios.

El único momento en el que se mostró un poco más dubitativa en la respuesta fue cuando se le preguntó por su atuendo para la ceremonia. "La verdad es que no es de ninguna marca especial, creo que ni lo sé", señaló. Pedro Sánchez no tuvo reparos en comentar que su traje, gris oscuro, es de la firma extremeña Fuentecapala.

Begoña Gómez llegó con un atuendo sencillo: tejanos y cazadora. Poco después cambió de modelo por una falda negra a la rodilla, acompañada por una chaqueta entallada color coral suave, con zapatos negros de tacón.

Poco antes del almuerzo se unió al matrimonio Sánchez la exministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, actual consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, con la que departió un buen rato.

Begoña Gómez y Pedro Sánchez se conocieron hace más de diez años en una fiesta. En 2006, les casó Trinidad Jiménez en el Ayuntamiento de Madrid.