El cineasta estadounidense Francisco Ford Coppola, premio "Princesa de Asturias" de las Artes, que fue recibido el miércoles en Oviedo con los sones a la gaita de la banda sonora de "El Padrino", una de sus obras señeras, se marchará de Asturias con el regusto de la fabada, la sorpresa en la retina de los verdes paisajes de la región y la impronta cautivadora de los Reyes.

El realizador de "Apocalypse now", que había dicho el jueves en el teatro Jovellanos de Gijón que había descubierto en Asturias "una parte del mundo preciosa", fue anoche aún más elocuente en el "Telediario" de TVE. Tras tres días en la comunidad, y poco después de haber vivido y coprotagonizado la ceremonia de entrega de los premios "Princesa de Asturias" en el teatro Campoamor, el director de cine expresó su enamoramiento con Asturias. Entrevistado en directo en el hotel de la Reconquista por Ana Blanco en el informativo de mayor audiencia de TVE, Coppola se declaró encantado: "Me encanta esta tierra de Asturias. Es muy bonita. Y distinta del resto de España que yo conocía. Y me ha encantado su gastronomía local, como la fabada, una sopa de judías". Coppola se expresó también seducido y congratulado por las personalidades de los Reyes Felipe y Letizia, y de la Reina Sofía.

En la retransmisión de televisión, cuando entraba en el teatro Campoamor la periodista Mariló Montero, guapa como siempre y más si cabe con un vestido elegantísimo, comentaron que se estaba colando entre los premiados que ese momento accedían al coliseo carbayón. Ciertamente la hora fijada para los invitados ya había sido rebasada, pero también es verdad que por la derecha de la fachada principal, sorteando esa curiosa figura, esa escultura que está leyendo pero parece que pide limosna a lado de la farola central de la plaza, entraba como de puntillas mucho personal que no se ceñía al reloj. Lo que ocurre es que Mariló no se escondió y además, haga lo que haga, llama la atención con su misma presencia o quizá con la escasa simpatía que le tienen algunos de sus colegas.

Un ejemplar del libro "El hombre que amaba a los perros", del escritor cubano Leonardo Padura, premio "Princesa de Asturias" de las Letras, esperó pacientemente durante toda la mañana una dedicatoria en las manos del oftalmólogo Luis Fernández-Vega, ¿lo consiguió al fin?