Finalmente no hubo saludo de Borbón a Borbón ayer en Colombres. La que pudo ser una de las imágenes de la jornada se quedó en nada. Situado en la explanada de la iglesia de Santa María Magdalena de Colombres junto a su mujer, Marta Pérez, y su suegra, Elena Díaz, estaba el llanisco Benjamín Borbón. Ocupaba la segunda fila de los espectadores, agazapado detrás del rosario de mujeres que esperaban la llegada de los Reyes vestidas con el traje de aldeana llanisca para cantar la reverencia. Estaba detrás de su mujer y de su suegra. Con curiosidad observó el paso de Don Felipe y de Doña Letizia a escasos metros de su posición.

Benjamín comparte apellido con el Rey de España por algo más que una casualidad. Su padre, José Manuel Borbón, defiende que su estirpe desciende de un hijo bastardo de Felipe V, cuando éste era duque de Anjou.

Benjamín fue puntual. Casi hora y media antes de que los Reyes de España comenzasen su recorrido por el Pueblo ejemplar 2015, ya estaba en la capital de Ribadedeva para ver en persona a su pariente. "Han pasado muy deprisa y no he tenido la oportunidad de saludar a Don Felipe", señaló el familiar llanisco del actual Jefe del Estado. Era la primera vez que lo veía en persona. "No he venido tampoco con la intención de saludarle. Me conformo con haber podido verle tan de cerca", aseguró. José Manuel Borbón, cabeza de familia de los borbones llaniscos, no se animó a desplazarse hasta Colombres.

Los borbones de Llanes saben que descienden de Felipe V pero no lo pueden demostrar. Los documentos que acreditaban el parentesco desaparecieron durante la Guerra Civil como consecuencia de un incendio en la casa de un antepasado. A lo largo de los años tan solo han recurrido en una ocasión a sus parientes. Fue cuando José Manuel Borbón pidió ayuda a la Casa Real en 1984 para que le ayudasen con una de sus hijas que tiene un ochenta y tres por ciento de invalidez. Conservan de aquella ocasión una carta de Sabino Fernández Campo y la satisfacción por la ayuda recibida pues, la hija de José Manuel Borbón ingresó gracias a la gestión real, en el Sanatorio Marítimo de Gijón.