En la fachada de una humilde casa de la plaza de la iglesia de Boal una placa indica la casa natal del poeta y crítico literario Carlos Bousoño. Fue instalada en 2003, cuando el concejo le nombró hijo predilecto y bautizó con su nombre al colegio local.

Aquella fue una de las últimas veces que Bousoño pisó la tierra que lo vio nacer, y en la que pasó sus dos primeros años de vida. En la personalidad de este ilustre vecino no se encontraba un especial apego por Boal, según cuentan en el pueblo, donde, a pesar de todo, lamentan su pérdida.

Carlos Bousoño nació en Boal el 9 de mayo de 1923. Su madre, la maestra Margarita Prieto, fue destinada años antes a este rincón del Occidente, donde encontró el amor en la figura de Luis Bousoño, un modesto comerciante. Fruto de este matrimonio nacieron Carlos y su hermano Luis.

A los dos años, Margarita Prieto fue destinada a una escuela de Oviedo, y toda la familia se mudó a la capital.

El premio Nacional de las Letras y premio "Príncipe de Asturias" aún volvería, años más tarde, escapando de la Guerra Civil, a Boal, donde se integró de nuevo y temporalmente en la vida del pueblo. Su regreso a la capital lo apartó definitivamente de la pequeña villa interior.

Quienes le conocieron señalan que "nunca se mostró interesado" en buscar sus raíces boalesas ni en mantener una relación con su pueblo natal. Inciden en esta "falta de cercanía" del literato para con los asuntos de Boal, algo que se achaca a su carácter de "genio". La distinción de hijo predilecto de la localidad del occidente asturiano se recuerda aún con emotividad entre los vecinos.

Amparo Díaz, presidenta del colectivo vecinal "Forum Boal 3000", dejó patente ayer la "tristeza" por la pérdida del poeta. "Ha sido un boalés ilustre, una personalidad dentro de la lengua y literatura española y a nivel mundial", aseguró Díaz.

También lamentó su fallecimiento Ana María Fernández, la directora del colegio que lleva su nombre. "Aún no hemos hablado nada, pero haremos un pequeño homenaje en clase".