Hubo ayer en Colombres, al menos, dos Íñigo Noriega. Uno de ellos -de mentira- es un actor del grupo Teatro Despierto, Antonio Isasis, que interpretó al legendario indiano Íñigo Noriega Laso en la Casa de Piedra, el centro cultural de la localidad en el que los Reyes de España iniciaron su visita. El otro, el de verdad, es un niño de 7 años nacido en Etiopía y que es tataranieto de Íñigo Noriega Mendoza, pariente cercano de Laso y otro de los emigrantes de fortuna nacidos en este municipio. El pequeño Íñigo Noriega Cos es hijo de Javier Noriega y de Teresa Cos, residentes en Santander, y sobrino del actor Eduardo Noriega, que ayer no pudo estar en Ribadedeva porque se encuentra rodando una película.

Ataviado con una bufanda con los colores de España, Íñigo Noriega Cos, con cierta timidez, aseguró estar "muy orgulloso" de los antepasados. Su tatarabuelo, emigrante retornado, llegó a ser alcalde de Ribadedeva y se le considera el primer impulsor del desarrollo del concejo. Su casona es uno de los grandes atractivos arquitectónicos de la comarca oriental del Principado. Fue mandada levantar en el año 1877 en un solar que se vio reducido por las donaciones de terreno que realizó el propio Noriega a finales del siglo XIX para la construcción de la plaza de Colombres.

"Cielito lindo"

Su descendiente de siete años, el último Íñigo Noriega, vitoreó a los Reyes a su llegada a Colombres, acompañado por su hermano Valvanuz, que tiene ocho años y también nació en Etiopía, y por su hermana Teresa, que tiene nueve años y vino al mundo en China. Junto a otros familiares y amigos, se lo pasaron en grande.

El Noriega de pega se convirtió en uno de los principales animadores del periodo previo a la llegada de los Reyes a Ribadedeva, que se produjo con un cuarto de hora de retraso. Tanto este actor como sus compañeros de reparto cantaron varios temas mexicanos, entre los que no faltaron clásicos como "Cielito lindo", que fueron seguidos por los vecinos concentrados en las inmediaciones de la Casa de Piedra, reconvertida hoy en Casa de Cultura de la localidad.

También asistió a la jornada de ayer vestida de época Patricia Casielles. Iba ataviada de "indiana del siglo XIX", con un inmaculado vestido blanco con un paraguas a juego que resultó ideal para protegerse del sol que cayó sobre Colombres durante la mayor parte de la mañana y que contribuyó a dar realce a los actos.

La feria de indianos que se instaló en la plaza de Colombres también tuvo un especial sabor americano, tanto por la música como por el atuendo de numerosos participantes. Las mujeres de Bojes asistieron con llamativos trajes de inspiración cubana.