"Sin el teatro de Shakespeare, las series de televisión serían hoy muy diferentes". Así resumen su aportación Jordi Balló y Xavier Pérez en el ensayo "El mundo, un escenario", que analiza la influencia del dramaturgo inglés en el cine y la televisión. Balló y Pérez dan la vuelta a esa opinión generalizada de que "si Shakespeare viviera hoy sería guionista de series de televisión".

Los dos autores partieron de "un diagnóstico de la contemporaneidad, en la que hay unos procedimientos dramáticos y tratamos de ver de dónde vienen esos procedimientos y esos nos lleva a los clásicos, en este caso Shakespeare". Balló y Pérez detectan los elementos dramáticos de Shakespeare de forma más acentuada en el siglo XXI que en el XX: "Los procedimientos de aceleración de las historias, el papel de la violencia, de la naturaleza o el mundo como escenario es una constatación general". Para Xavier Pérez "hay un estado en el ambiente que confirma que Shakespeare es invocado constantemente, es como si Shakespeare fuera una especie de Biblia laica"

Los dos autores han detectado en el cine y en las series de televisión procedimientos estrictamente conceptuales como el comenzar la historia con la acción avanzada; la coralidad, tan de moda en el cine y las series de hoy; o los personajes carismáticos vinculados a la malignidad (Ricardo III), tan presente en series como "Breaking Bad" o "Dexter". Incluso el "Romeo y Julieta" shakesperiano se puede detectar en comedias contemporáneas como las películas de Woody Allen.