"Sé que muchos de vosotros estáis turbados por las noticias que han circulado en estos últimos días a propósito de documentos reservados de la Santa Sede que han sido sustraídos y publicados, y quiero decir, antes que nada, que robar estos documentos es un delito. Es un acto deplorable y que no ayuda". El Papa Francisco, desde la ventana del palacio pontificio que da a la plaza de San Pedro, habló ayer a los fieles y al mundo del nuevo "caso Vatileaks 2".

El mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabiele, protagonizó el primer robo de documentos en el Vaticano. El pasado fin de semana, el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda y la italiana Francesca Chaouqui fueron detenidos acusados supuestamente del mismo delito. Ella fue puesta posteriormente en libertad, pero se encuentra en una residencia del Vaticano. Chaouqui, de 33 años, antigua relaciones públicas, fue miembro de la extinta comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede. Ayer, a través de Facebook, en declaraciones recogidas por "The Times", anunció que está embarazada de dos meses y que es gracias al Papa. "Las veces que hablé con él le pedí que rezara por este regalo", señaló.

El español, de 54 años, fue secretario de la ya disuelta comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (Cosea), creada por el Papa para investigar el estado de las finanzas, y varios documentos producidos por este organismo aparecen en dos libros periodísticos publicados la semana pasada, en los que se denuncia el derroche y la mala gestión de las cuentas de la Santa Sede.

Francisco recordó en su mensaje que él mismo había "pedido hacer ese estudio" (sobre las finanzas vaticanas), y que tanto él como sus colaboradores "ya conocían bien" todos estos documentos. Aseguró que "ya se han tomado medidas que están dando sus frutos".

Francisco quiso con este mensaje reiterar que nada ni nadie le apartarán de su intención de continuar las reformas en la curia. "Quiero decir que este triste hecho no me desvía ciertamente del trabajo de reformas que estamos realizando junto con mis colaboradores y con el apoyo de todos vosotros", añadió Jorge Bergoglio. Y mandó un mensaje: "La Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de cada bautizado". Si ayer la crítica fue para los llamados "cuervos", como se ha definido a los que filtraron documentos, el viernes la denuncia fue contra los sacerdotes y obispos "apegados al dinero", los "arribistas", que perjudican a la Iglesia.