Luarca (Valdés),
Ana M. SERRANO
Claudia Antón Fernández lee los fines de semana, cuando tiene más tiempo y puede hacerlo si ninguna obligación más que disfrutar de ello. "Es un placer y aprendo mucho", dice. Con 17 años esta valdesana es una autoridad en ortografía. Ganó el XVI Concurso hispanoamericano a nivel regional, por delante de 22 alumnos, y quedó finalista en el circuito nacional con un tercer puesto.
Dice Claudia Antón que para conocer palabras que no están en nuestro día a día hace falta leer y estudiar o prestar atención a lo que dice la Real Academia Española (RAE). Por nombrar algunas de las palabras más curiosas, ella sabe ahora cómo se escribe sahumerio, qué es taheño y qué significa, según la 23.ª edición del diccionario de la RAE, ignavia.
El pasado verano leyó "La Ilíada" y "La Odisea", de Homero, todo un reto para ella a sus 17 años. ¿Por qué eligió estos títulos? "Me encanta la mitología griega", dice. Estudia, eso sí, el Bachillerato Tecnológico porque su ilusión es ser veterinaria. Se crió en una ganadería de Quintana. De ahí le llega, comenta, su interés por querer saber algo más "sobre los seres vivos que nos acompañan". Pero no por ello deja atrás la Literatura. En su familia están "muy contentos" con el resultado de estas pruebas que la convierten en toda una experta en ortografía, como dice su madre, Ana Fernández, y en el instituto no caben de orgullo. El profesor de Lengua y Literatura Ricardo Saavedra asegura que las virtudes de Claudia Antón son su constancia y su inquietud por las cosas.
El pasado viernes ambos viajaron a Madrid para participar en el Concurso nacional de ortografía junto a otros 18 alumnos. En el examen se pregunta sobre palabras extrañas que nada tienen que ver con el día a día de una alumna de la edad de Claudia Antón. A esta alumna valdesana la pasión por las letras y por conocer más y más le vienen de niña. Lee desde muy pequeña. El ejemplo ha sido su madre. "Tiene menos tiempo que yo, pero siempre que puede lee y yo hago lo mismo", comenta la joven. Asegura su madre que en la educación de los niños es importante lo que ven y por eso no le extraña tener una hija lectora.
En un enunciado de uno de los dos exámenes los alumnos tenían que escribir una entrevista, es decir, presentar al personaje, hacerle una serie de preguntas, dar las respuestas y cerrar. Claudia Antón entrevistó al mismísimo Aquiles. "Impactó mucho al jurado regional", dice con una sonrisa.
No está dispuesta a dejar la lectura ni tampoco a olvidar unos estudios que dejan rastros de sobresalientes. La joven es tímida, pero decidida a la hora de hablar porque sabe cuál es su arma: una impoluta expresión. Mientras pueda leer, explica, "tendré más vocabulario, conoceré otras historias y cosas que me ayudan en el día a día". De momento ya marca la diferencia con sus comentarios en las redes sociales o mensajes de móviles. Contra la tendencia habitual, ella siempre escribe las palabras enteras, con todas sus letras, las expresiones correctas y los signos de puntuación pertinentes.
"Es un lujo tener alumnos así", dice su profesor, orgulloso de una alumna de Ciencias que tanto destaca en Humanidades. Ya Miguel de Unamuno proponía luchar contra el "bárbaro especialista". "Nunca debemos olvidar las Humanidades", advierte Saavedra. "Nos dan muchas sorpresas".
