La cantante norteamericana Jessica Pratt cantará hoy en la gala benéfica a favor del proyecto "Kiva Mirando a India", que apoya la educación en el país asiático como medio de emancipación social. La cita es a las ocho, en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo.

-¿Por qué apoya a una ONG que trabaja en la educación en la India?

-Creo firmemente que la educación es la única salida de la pobreza. Ayudar a las personas para que se ayuden y ayuden a los demás que están a su alrededor produce un cambio mucho más eficaz que cualquier otra cosa. Para mí es un gran honor participar en esta velada.

-¿Se canta igual en un concierto benéfico que en un estándar?

-Donde quiera que cante siento siempre el mismo empeño en hacerlo lo mejor posible al servicio de la música y del público. Los conciertos benéficos además tienen algo especial porque exigen y producen una energía constructora y positiva.

-¿Qué espera del público en su encuentro musical?

-Que se divierta y reflexione. Que a través de la música la gente se sensibilice y se acerque a las dificultades que padecen cada día estos niños, y tal vez con ello se pueda obtener un poco más de ayuda económica para ellos.

-¿Aria, romanza, dúo o trío?, ¿dónde se siente más cómoda?

-Me gustan muchísimo los dúos, sobre todo cuando son tan intensos como el de "Lucia de Lammermoor" que vamos a cantar en el Auditorio.

-En Oviedo hay mucha afición a la ópera, ¿ayuda un público entendido al artista?

-Lo más importante es que el público sepa abrir su corazón y se deje arrastrar por la emoción que la música suscita.

-¿Qué rol de ópera prefiere?, ¿por qué?

-Lucia de Lammermoor. Es un papel muy difícil, tanto desde el punto de vista vocal como psicológico. Su locura deja campo abierto a la interpretación y me gusta variarla a menudo, según la producción. Interpretándola intento comprender y hacer comprender la fragilidad de una persona y lo que sufre a raíz de una sociedad ciega a los deseos y a la desesperación del individuo.