Es uno de los nombres fundamentales del cine español. Sí, y es algo en lo que está de acuerdo todo el mundo. Ha participado en más de ochenta películas, incluidos varios títulos imprescindibles. José Sacristán recibió ayer en el gijonés teatro Jovellanos, ante un público que le dio el mayor y tal vez el más sentido aplauso de la noche, el premio "Nacho Martínez" que concede el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX). Nadie duda de sus merecimientos: una trayectoria de corredor de fondo en la que se ha ganado con actuaciones memorables el respeto de toda la afición. A sus 78 años, dio ayer una lección de emocionada sobriedad al recoger el galardón y tras ser presentado por el director del certamen asturiano, Nacho Carballo, como "su majestad Sacristán".

"Es uno de los mayores actores de la historia del cine", aseguró Carballo, para quien Sacristán tendría hoy varios "Óscar" si en vez de nacer en Chinchón, en Madrid, lo hubiera hecho en Nueva York. Pero así son las cosas. El intérprete recordó al fallecido actor asturiano Nacho Martínez, a quien definió como un "leal amigo" con el que compartió "solidaridades y esfuerzos". "Lo que hacéis por el cine es formidable", señaló después de felicitar a los gijoneses por mantener durante más de medio siglo su festival. Hizo un medido elogio de la cultura y de un oficio que definió como un "juego maravilloso". "Cada vez que trabajo, recupero al niño que fui", subrayó.

La gala de apertura de la quincuagésima tercera edición del FICX se inició con unas palabras de Carballo en recuerdo de las víctimas de los últimos atentados terroristas de París. Condena de esos y de todos los crímenes, además de una defensa de la "cultura de la libertad". La cantante Nikki Hill, que ofrecería poco después el primero de los conciertos del festival en la sala Acapulco, adelantó dos temas antes de dar entrada al siempre divertido actor Carlos Areces. Éste presentará también el próximo día 28, sábado, la gala de entrega de premios.

Y fue su humor, su ironía chispeante, la que salvó una gala que fue languideciendo por momentos. Es la manía de contarnos una y otra vez lo que la mayoría del público ya sabe: las secciones, las películas y los resúmenes de vídeo que rompen el ritmo del espectáculo. En fin, rezamos para que a alguien se le recurra renovar una fórmula usada y abusada en todos los festivales. Carlos Areces tuvo gracia hasta para despedirse: "Yo apostaría a que de aquí a ocho días volveremos a encontrarnos; ved mucho cine y luego me lo contáis. Hasta pronto". Y eso que poco antes, el carismático director mexicano Arturo Ripstein, que estrenó ayer el FICX su último filme, "La calle de la amargura", recurrió al laconismo para contar esta cinta: "Pues sí, va de putas y de enanos". Y un guiño a la ciudad: "Es un privilegio y un honor estar en Gijón".

Fue la noche también, claro, de los homenajes. Katrina Bayonas recogió de manos de la actriz Elena Anaya, y en presencia de Ana Palacios, el premio "Mujer de Cine". Por el escenario del Jovellanos desfilaron la cineasta británica Emily Richardson y el realizador tailandés Apichatpong Weerasethakul, a quienes el FICX dedica sendas retrospectivas. "Es un festival para celebrar de verdad el cine", señaló el cineasta asiático, para quien las películas son la sábana compartida por millones de espectadores de todo el mundo: "Mayor tolerancia y libertad". La películas asturianas de esta edición fueron presentadas -en asturiano, como era lo procedente- por María Cotiello y Alejandro Arréstegui. ¿Hay industria cinematográfica en Asturias? "Aún falta mucho", señaló la actriz mierense. Assumpta Serna, presidenta del jurado, prometió ecuanimidad. Se verán un total de 245 películas, 17 en la sección oficial.