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Laboral, un centro de arte "único" y "singular"

Antiguos responsables del espacio artístico defienden la continuidad de un proyecto que es "excepcional" en España, mientras que los creadores se dividen sobre su utilidad

Laboral Centro de Arte, ubicado en Cabueñes, Gijón. MODEM PRESS

"El futuro de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial es no cargarse el presente". La afirmación de Francisco Crabiffosse Cuesta, crítico, estudioso del arte asturiano y uno de sus grandes valedores desde su apertura, en marzo de 2007, es suscrita sin reservas por Rosina Gómez-Baeza, impulsora y primera directora artística del centro, y por su sustituto, Benjamin Weil. "Es un proyecto único y singular en España, en contenidos y en propósito", afirma Gómez-Baeza. "Es una institución excepcional, con una estrategia pionera", añade Weil.

Laboral volvió a la actualidad la pasada semana, al trascender que el actual equipo de la Consejería de Cultura quiere reconducir el proyecto para implicarlo más en la sociedad. En la última reunión del patronato de la institución, celebrado el día 13, el viceconsejero, Vicente Domínguez, reflexionó sobre su trayectoria, dijo que no había logrado los objetivos iniciales que se había propuesto y advirtió sobre las "limitaciones presupuestarias". El pasado viernes, durante la inauguración de una exposición en el Barjola, Domínguez supeditó la futura línea del centro a su próximo director o directora artística, actualmente en proceso de selección, tras la fulminante destitución en febrero de Óscar Abril. "Obviamente, la programación dependerá del programador", dijo.

"Cada vez que viene un nuevo Gobierno quiere ahorrar dinero y suele empezar por la cultura y, en este sentido, Laboral es muy fácil. No es un centro de arte contemporáneo clásico, no es un centro de cultura regional con artistas locales, no es muchas cosas. Es una institución única, que pretende redefinir la manera en la que se puede apoyar la creación contemporánea digital e industrial y ésta, que es su fuerza, es posible que sea su mayor debilidad", apunta Benjamin Weil.

Laboral fue uno de los proyectos culturales "estrella" de los gobiernos de Vicente Álvarez Areces. El centro contó desde el inicio, al igual que sucedería más tarde con el Niemeyer, con total apoyo político y económico, en detrimento de otras instituciones culturales asturianas, que se vieron relegadas. Pero, a diferencia de lo que sucedería con el centro de Avilés, Laboral fue un proyecto artístico madurado, concebido en sus inicios por Jorge Fernández León, persona de confianza de Areces en asuntos culturales, y consolidado por Rosina Gómez-Baeza, que trabajó en el seis años, dos de ellos antes de su puesta en marcha.

"No hay otro proyecto como éste en España que se dedique al arte de las nuevas tecnologías, a la creación industrial y a la investigación. No necesitamos más museos de arte contemporáneo, necesitamos más dedicados a las artes visuales, a su investigación y producción", explica Gómez Baeza.

En su opinión, Laboral no ha dado la espalda al arte y a los artistas asturianos, una de las críticas más recurrentes. "Todo lo contrario, se les abrió un espacio aunque muy centrado en las artes visuales. Hay que trabajar, crear audiencias, formar y educar. En Asturias estamos hablando de un grupo reducido de artistas, pero prácticamente todos han tenido presencia en Laboral. Se hizo una base de datos de artistas asturianos, muchos de ellos expusieron, creamos talleres, becas y redes, algunos expusieron en el Museo ZKM alemán. Se hizo un gran esfuerzo, tal y como se recoge en una memoria de mis cuatro años que todo el mundo puede repasar".

Rosina Gómez-Baeza abandonó la dirección de Laboral en el verano de 2011, coincidiendo con la llegada al Gobierno de Foro Asturias. "Fueron años maravillosos y difíciles, para mí fue una oportunidad extraordinaria de hacer realidad un sueño, de poder singularizar a Asturias como una región innovadora y creativa. Trabajé mucho y estoy muy orgullosa. Me siguen llamando de muchos lugares para preguntar por este proyecto y para dar charlas. Laboral cumple muchas de las funciones que debe cumplir un museo hoy: investigación, producción, experimentación, educación y formación. Es un centro de arte al que se le han otorgado ayudas europeas, con lo difícil que es eso", indica.

En la actualidad, Gómez-Baeza dirige el centro de artes visuales de la Fundación Helga de Alvear de Cáceres -"no tiene apenas visitantes, pero hay que seguir insistiendo, crear audiencias para el arte es una de las tareas más nobles que hay"- y es responsable de la Factoría Cultural, Vivero de Industrias Creativas del Matadero, en Madrid. Asegura que la llegada del público "es cuestión de tiempo" y recuerda que el Museo Reina Sofía apenas tenía gente cuando abrió "y, hoy, hay colas los fines de semana".

Crabiffosse siempre vio Laboral como un desarrollo lógico de las infraestructuras culturales de Asturias en el ámbito artístico, encabezadas por el Museo de Bellas Artes, y como una continuidad de los lenguajes contemporáneos. Como responsable de la Agencia de Museos y Acción Cultural del Ejecutivo de Foro, lo defendió, pese a que la formación política no creía en el proyecto. "Es una infraestructura cultural de primer orden que coloca a Asturias y la proyecta en el ámbito europeo y americano en cuanto al interés, la proyección y el estudio de los lenguajes contemporáneos del arte vinculados a las nuevas tecnologías".

"La modernidad de Asturias", añade, "está precisamente en haber sido receptora e intérprete de todos esos argumentos de la modernidad. Asturias tiene un papel protagonista cuando no es refractaria a la modernidad". Y añade: "Su estrangulamiento sería un fracaso de la política cultural asturiana".

Benjamin Weil formó parte del equipo de Gómez-Baeza y cuando ella se fue dirigió artísticamente Laboral hasta finales de 2013, en que se incorporó al Centro de Arte Botín, todavía no inaugurado. Weil trabajó en la proyección exterior del centro asturiano, a la vez que mantuvo exposiciones y actividades con artistas asturianos vinculados al arte digital. Considera que la fragilidad de Laboral está relacionada con la falta de compromiso político de los gobiernos que sucedieron a los de Areces, que ha provocado la salida de gran parte de los patronos privados, que eran mayoritarios y daban solidez y credibilidad al proyecto. Niega que Laboral, que se ha hecho un nombre en la escena nacional e internacional, haya dado la espalda al arte asturiano. "Lo que ocurre es que no fue pensado como centro de artista contemporáneo clásico. Hay que mirar su historia, su compromiso con el artista joven asturiano de nuevas tecnologías".

Ricardo Mojardín, pintor, grabador y autor de instalaciones, siempre ha sido crítico. Su opinión coincide con la que han ido expresando en todos estos años una gran parte de artistas y críticos de arte. "Fue un proyecto sobredimensionado, fuera de la realidad social de una comunidad de un millón de habitantes y totalmente insostenible en muchos aspectos. Una manifestación más del 'grandonismo' casi suicida que ha hipotecado para muchos años el ya escasísimo apoyo al arte contemporáneo de Asturias".

Este proceder, según Mojardín, creó una gran distancia entre los artistas asturianos y el centro. "Sus responsables siempre han mirado por encima del hombro y de lejos lo que aquí se hizo y se hace, y los artistas que han participado en sus actividades lo han hecho casi siempre en 'tono menor', ningún proyecto realmente ambicioso se ha dedicado a lo de aquí. Y la conexión con el resto de la sociedad se palpa en la visita cualquier día y a cualquier hora. Es la imagen de la desolación", dice.

En cambio, Fernando Gutiérrez, uno de los artistas asturianos más destacados de su generación, premio "LABjoven Experimenta", considera Laboral "un proyecto fantástico. Para mí llegar a él y estar en contacto con la cultura digital ha supuesto un punto de inspiración". Y añade: "Dentro de la comunidad artística, depende de lo que hagas y de la franja de edad, pero todo el mundo vinculado a la cultura digital hemos pasado por allí y hemos utilizado sus recursos. Es cierto que en sus inicios aterrizó como un ovni, pero no tengo ninguna duda de que hay que seguir apostando por el proyecto".

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