La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

53.º Festival Internacional de Cine de Gijón

"No lamentaría morir por 'Much Loved' "

Nabil Ayouch, el cineasta amenazado en Marruecos por su película sobre la prostitución, insiste en la necesidad de luchar por dar visibilidad a esas mujeres

Nabil Ayouch, ayer, en Gijón. JUAN PLAZA

Nabil Ayouch vive en el ojo de un huracán. Desde que en el mes de mayo su película "Much Loved" se presentase en el festival de Cannes, el cineasta franco-marroquí, como también la protagonista del filme, Loubna Abidar, ha tenido que lidiar con el bloqueo institucional del filme y con una durísima campaña en su contra que ha derivado en amenazas de muerte, por las que incluso ha precisado escolta.

Pese a esta presión, Ayouch mantiene la cabeza fría. Su discurso es pausado y profundo, y en todo momento se muestra extremadamente educado con todo el mundo, pese a que ayer era, quizás, el hombre más demandado de Gijón. En la víspera, cuando los medios esperaban al cineasta, una indisposición le alejó de los focos, pero ayer saldó la deuda, si es que la había, con creces. LA NUEVA ESPAÑA pudo compartir con él dos momentos: una conversación en su hotel a mediodía y, después, una concurrida rueda de prensa. Entre ambas, en un diálogo discontinuo pero revelador, desgranó las repercusiones personales que ha tenido, para él y pasa su equipo, el estreno de "Much Loved", y no esquivó otros asuntos de calado, como los atentados de París.

Las primeras preguntas, como era obligado, se centraron en Loubna Abidar, la sensacional actriz que protagoniza el filme, y que semanas atrás sufrió, en las calles de Casablanca, una salvaje agresión por su participación en la película. "Muchísimas gracias por haber preguntado por Loubna. Me complace deciros que va mejor. Hablé con ella anteayer, está en Francia, descansando. Está tomando distancia y trata de reconstruirse desde el punto de vista moral. Pero se encuentra mejor. Cada vez que hablamos, ella me repite, como una especie de mantra: 'Nabil, tranquilo, no pasa nada. Si tuviésemos que volver a empezar con todo el proceso mañana, ahí me tendrías, sin dudarlo'. Y eso me reconforta", explicó el cineasta.

En las palabras de Ayouch se percibe su admiración por la determinación de la actriz, su lucha por lograr el papel y su fuerza moral. Unas cualidades que parecen, a su vez, reforzar la posición del propio cineasta pese a la tormenta que se ha desatado en torno suyo. Ayouch, de hecho, no duda en asumir la convicción de Abidar al plantearle la cuestión de si merece la pena jugarse el tipo y arriesgar la carrera por este filme.

"Mi respuesta personal es que sí, y mil veces sí, merece la pena. Esa es mi actitud He hablado con Loubna y ella me dice que está de acuerdo, que estaría dispuesta incluso a morir por haber hecho esta película, que si muere por haber hecho esta película no lo lamentaría. Yo digo exactamente lo mismo. Lo decimos porque hay combates que son difíciles de librar, que requieren un cambio de actitud y de mentalidad. Eso no es nada fácil, porque para cambiar de actitud y mentalidad tenemos que mirarnos al espejo y analizar el reflejo. Y eso es duro, pero es fundamental para el futuro de un país. Por eso, por duros que sean nuestros combates, hay que librarlos", afirma el cineasta, en un todo reflexivo, incluso didáctico.

Ayouch, en cambio, se muestra dolido por la decisión del gobierno marroquí de prohibir la película, activando incluso mecanismos no contemplados en su propia legislación: "Me hirió que prohibieran la película y me provocó un shock la forma en la que lo hicieron. La prohibición llegó justo al día siguiente de acabar el festival de Cannes. Normalmente, en Marruecos hay que solicitar un certificado de exhibición para las películas, y hay una comisión que se reúne y se pronuncia tras ver el filme. Con mi película eso no ocurrió: El Ministerio de Información emitió un comunicado diciendo que se prohibía el pase comercial de la película. Lo que realmente me hirió es que ni siquiera se reuniera la comisión y ya directamente se decidiera que no se podía emitir", explica.

Esta rápida reacción contrasta con las facilidades que el equipo encontró durante el rodaje. Fue, según explicó el cineasta, la filtración de cuatro fragmentos de la película, robados por un grupo de hackers de la web del festival de Cannes, lo que precipitó la reacción de las autoridades. "Una vez que las imágenes de la película estuvieron en Youtube, millones de marroquíes pudieron verlas. Fue entonces cuando se produjo el golpe", relata Ayouch, que lamenta que el filme no se vaya a ver en su país: "Marruecos es lógicamente el mercado natural de esta película, por esto me resultó extraordinariamente violento. Además, esa primera violencia de la prohibición engendró nuevos tipos de violencia que se desarrollaron a lo largo de las siguientes semanas y meses".

La agresión a Loubna Abidar fue resultado de esta violencia, el cineasta pone el acento en la irracionalidad de esa ira, en el hecho de que a la actriz la agrediesen por su papel en una película que sus agresores ni siquiera habían visto. Con todo, Ayouch destaca el hecho de que buena parte de la sociedad marroquí, intelectuales y cineastas pero también autoridades y ciudadanos de a pie, ha defendido el largometraje.

"Creo que es importante que se sepa, y hay que decirlo también. Y hay gente que son militantes en el mundo árabe que está completamente a favor de conceptos como los derechos fundamentales del hombre o la libertad de expresión. Creo que la película ha tenido efectos positivos a pesar de toda la polémica. Sobre todo propiciar un debate en la sociedad y que por fin se hable de esas mujeres, que hasta ahora eran invisibles", sostiene Ayouch.

Pero si Marruecos debe afrontar este debate, a Europa también le toca abordar otro, singularmente tras los atentados de París. Ayouch, nacido y criado en la capital francesa, ha sufrido especialmente por este suceso: "Lo he vivido muy mal. Mi barrio era el barrio del Bataclan, ahí es donde yo viví en París, durante bastante tiempo. Y creo que esta situación plantea una serie de interrogantes que hay que resolver. Es una situación que no afecta únicamente a Francia. Es algo que ya se vivió en España hace unos años con atentados como el 11-M. Con situaciones como esta se plantean preguntas acerca de la integración en Europa", sostiene.

Esta cuestión crucial, la integración, es a ojos del cineasta un debate prioritario ante el que Europa no puede cerrar los ojos: "Creo que es un debate que hay que celebrar en Europa y que hay que celebrarlo hoy. Es necesario saber y contemplar todos los puntos de vista para lograr una solución, para lograr una integración y seguridad", concluye.

Compartir el artículo

stats