Siete años después de que el Gobierno regional anunciara una inversión de 207.000 euros en la iglesia románica de Santa Eulalia de Ques (Piloña) -de los que sólo se ejecutó una pequeña parte para restaurar unas pinturas de origen renacentista e investigar unas tumbas-, el actual equipo de la Consejería de Cultura ha incluido en el anteproyecto de presupuestos 160.000 euros para obras de conservación, centradas fundamentalmente en la reparación de las cubiertas del templo. De aprobarse las cuentas regionales, esta inversión será la segunda más importante de Cultura en 2016, tras la del monasterio de San Salvador de Cornellana, al que se dedicarán 575.000 euros.
"Nos lo han dicho tantas veces, en algunos casos subrayando que era inminente, que ya no me creo nada. Necesito, como Santo Tomás, verlo para creerlo", afirma Manuel García Velasco, párroco de la iglesia.
Según explica, ya ha habido varios proyectos para acometer las obras, redactados por el arquitecto Manuel García, pero al final lo único que sucedía eran continuos desprendimientos de cascotes, goteras y deterioro generalizado del templo, sin que se acometiera ningún plan.
La última actuación se remonta a 2007, cuando, tras unos estudios previos, el restaurador Jesús Puras descubrió en la pared norte de la iglesia unas pinturas de decoración geométrica del siglo XVI y realizó trabajos de consolidación. La iglesia, que el cronista oficial de Piloña, Andrés Martínez Vega, data en el siglo X, aunque no es hasta el XIII cuando aparecen más documentos sobre ella, posee la mejor espadaña románica de Asturias, con una forma de clara influencia prerrománica. En lo que respecta a las pinturas, hay restos desde medievales hasta el siglo XIX, en un nivel de conservación que Jesús Puras califica de "deficiente". "Se habían restaurado las que menos valor tenían, las de la bóveda central del crucero, todo lo demás está capa sobre capa", indica.
Las obras de conservación, según fuentes de la Consejería de Cultura, se centrarán, fundamentalmente, en la reparación de las cubiertas del conjunto del templo. El proyecto plantea el aislamiento térmico sobre las bóvedas, para garantizar las alteraciones de temperatura y permitir la ventilación entre el estrado de las bóvedas y la cubierta del edificio. El objetivo es proteger el "excepcional ciclo de pintura mural de origen renacentista".
Según Martínez Vega, el templo se construyó sobre otro edificio anterior y era muy rico, al menos en 1385 se decía "que era la iglesia asturiana que más días de bueyes tenía".
Víctima de un robo el pasado septiembre, el templo mantiene el culto los domingos. Su párroco lamenta que, una vez más, su reparación dependa de la aprobación del Presupuesto regional. "No se ponen de acuerdo y menos para asuntos culturales, cuando es un patrimonio que puede atraer turismo y riqueza", dice.
