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Un camino entre pucheros

Una comida en la antigua quintana

El merendero La Casina, en Cabueñes (Gijón), ofrece platos tradicionales y también creativos en los que prima el amor de Ana Arias por la cocina

La iglesia de San Pedro vista desde el paseo de la playa.

Las pequeñas quintanas, las casas del pueblo con su hórreo o su panera, forman parte indisoluble del paisaje de Asturias y del recuerdo que se tiene del lugar al que se pertenece. En ocasiones, el paso de los años y el avance de las ciudades hacen que poco a poco vaya desapareciendo parte de la aldea para dar paso a las carreteras y a las construcciones de uso común de todo tipo. Sin embargo, hay rincones que, aun en medio de pequeños oasis verdes, han sabido adaptarse a los tiempos y, sin perder la esencia de aquello que fue, mantener un trocín querido de la Asturias de siempre y ofrecer en él no sólo una buena cocina tradicional sino también, y al mismo tiempo, innovadora. Tal es el caso del merendero y restaurante La Casina, en la avenida del Jardín Botánico, en Cabueñes (Gijón).

Allí, entre carreteras que cruzan por uno y otro lado, en una esquina y en medio de un prado verde donde, en su parte de atrás, luce un precioso hórreo, se levanta La Casina, con su fachada roja y cuya distribución interior es fiel muestra de lo que fue. Lo regentan Fernando Rodríguez Acevedo y su mujer, Verónica Pousa Rodicio. Éste recuerda: "Compramos esta casa hace unos cuantos años y en principio se dedicaba a ofrecer un servicio de merendero muy básico, de los de toda la vida. Con el tiempo decidimos hacer obra y remodelamos todo el interior hace año y medio para ofertar, al mismo tiempo, servicio de restaurante".

Casi a la vez llegó para dirigir los fogones de esta nave rural Ana Arias Díaz, mujer amante de la cocina desde siempre, autodidacta, con años trabajando la tradición pero también con ganas de innovar, de sorprender, y, sobre todo, con la experiencia suficiente para saber que lo bien cocinado requiere su tiempo. Su pasión por la pintura y el arte en general hace que, en ocasiones, su creatividad se vuelque en las presentaciones tanto del menú diario como de las especialidades de la casa.

Además de un interesante menú de lunes a viernes por 9 euros, con tres platos a elegir de primero y de segundo, menú que asciende a 11 euros el sábado y 15 del domingo con platos diferentes, en La Casina tienen algunas especialidades como es la parrillada de carnes y quesos braseados; la ensalada Casina, con mezclum, zanahoria, cherry, picadillo, manzana, bacon, salsa mostaza, crujiente de pan, jamón y tortos; la ensalada de pitu o la de cecina de León y salsa fría de Cabrales; los cachopos; el bacalao a la brasa, que también tiene mucha demanda; los calamares de potera; el bombón de mero y setas; alguna sartén como la que lleva picadillo con huevos rotos y salsa de queso cabrales, y las zamburiñas. De picoteo ofrece una amplia variedad para el servicio del merendero. En cuanto a postres, citar el arroz con leche requemado y la tarta de la abuela.

Tiene una amplia zona verde en el exterior, además de varias mesas de piedra frente al local, cuyo interior se distribuye en pequeños comedores con una decoración donde se rinde homenaje a la Asturias rural y con una capacidad para 50 personas. Los fines de semana es conveniente reservar llamando el teléfono 985372680. El día 24, después de las comidas, cerrará un mes por vacaciones.

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