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La vida buena

Navidad a media luz en Estocolmo

La capital sueca se muestra acogedora en fiestas, con sus coquetos cafés, sus mercadillos, su apabullante oferta cultural y su animada noche

Navidad a media luz en Estocolmo

La mejor época para visitar la cosmopolita Estocolmo es sin duda el verano, cuando la subida de las temperaturas invita a quedarse en las terrazas y a pasear por las islas que la conforman. En invierno, las horas de luz descienden de forma dramática: amanece a eso de las ocho y media y anochece a las dos y media de la tarde. También caen las temperaturas, hasta extremos duros para un sureño. Pero no por ello deja de ser una metrópoli acogedora. Es más, con las luces navideñas tenues que se estilan por estos lares, la capital sueca adopta un aire mágico, sobre todo el casco viejo (Gamla Stan), con sus ventanas iluminadas con estrellas y sus velas de Adviento tan características.

Apetece refugiarse del frío en los numerosos cafés o konditori (cafeterías) que se ofrecen a cada paso, unos casi en penumbra, con las mesas muy juntas -como la Schweizer Konditori, en Västerlånggatan; o los que se agolpan en la plaza Stortorget, en Gamla Stan: el Misteln o el Chokladkoppen, que se vende en las guías como "gay friendly"-, otros más modernos, como los que hay en la Drottninggatan, la arteria peatonal y comercial del barrio norte (Norrmaln) -por ejemplo el Wayne's Cafe-, o los de aire más recoleto y francés, como el Linné de Strandvägen, en el barrio oeste (Ostermalm), frente al muelle de los barcos que recorren el archipiélago. Y una vez dentro, es obligado darse el gustazo de disfrutar el amplio abanico de delicatessen suecas, como los rollos de canela o kanelbullar, que se comerán mañana en la fiesta de Santa Lucía.

El mercadillo de Navidad más bonito sin duda es el de la Stortorget de Gamla Stan, donde de paso se puede visitar el Museo de los Premios Nobel. Un vendedor vestido de sami (o lapón) ofrece embutido de alce o (mucho mejor y más caro) de reno, se puede tomar vino caliente (el Glögg) en pequeños puestos o comprar las cabras de paja (o julbock), los típicos adornos navideños escandinavos. También hay quesos, dulces y todo tipo de prendas de abrigo, todo con mucho gusto. El mercadillo de la plaza Gustav Adolf también merece una visita. De paso, uno se puede animar a dar unas vueltas por la pista de hielo de la plaza.

Un galeón reflotado

La oferta cultural es apabullante. El Palacio Real merece una visita, pero también el Ayuntamiento, de aspecto un tanto siniestro, merced a su ladrillo rojo, pero con joyas como el salón azul -donde el jueves se celebró el banquete de los Premios Nobel- o la dorada sala de la "reina del lago Mälaren", sobre el que se asienta Estocolmo. Tampoco debe obviarse el museo del Vasa, el navío de guerra de Gustavo Adolfo que se hundió el día de su botadura, el 10 de agosto de 1628, y fue reflotado en 1961. El trabajo de restauración ha sido imponente -y aún continúa-, y puede admirarse toda la imaginería barroca de una nave que estaba llamada a dominar el Báltico. El Museo del Vasa está situado en la isla del esparcimiento de Estocolmo, el Djurgarden, donde hay un parque de atracciones, el Museo de Abba o el Nordiska, que reconstruye la vida de Suecia. Merecen la pena el Museo Histórico, para reconstruir el modo de vida de los vikingos, y la casa del dramaturgo August Strindberg, en la Drottninggatan.

Estocolmo es una ciudad para compras. Los amantes de H&M están aquí de enhorabuena, pero hay más oferta, como los grandes almacenes Åhléns, en Klarabergsgatan, o los NK, en Hamngatan. Hay varios mercados delicatessen, como en la Hötorget o el Ostermalm Saluhall, donde se puede comer buen salmón, bacalao y las famosas tostas de gambas. Para las típicas albóndigas suecas, mejor ir a un simpático local, el "Meatballs for the people", en la Nytorgsgatan, en pleno Sofo (Sodermalm) o barrio alternativo. Más clásico es el Der Gyldene Freden, en Österlånggatan. Para terminar la noche, merecen la pena locales como el Fasching, en Kungsgatan, un club de jazz que también programa música alternativa.

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