"El Mesías" vuelve por Navidad como ya es tradición y, para el caso, en una versión de gran formato que cosechó una vez más el fervor del público del Auditorio de Oviedo en la noche de ayer. Desde la ocho a las diez y media, música de primerísimo nivel. El maestro Rossen Milanov llevó con gusto, prudencia y sabiduría la interpretación del oratorio de Haendel al frente de la OSPA, de la que es titular, el Coro de la Fundación Princesa de Asturias y los solistas Eugenia Boix, soprano; Sarah Couden, contralto; Davide Giusti, tenor y Luis Ledesma, barítono. Cuatro minutos y 36 segundos de aplausos muy cálidos y, tras la propina -de nuevo la inmortal Aleluya- aún otros dos minutos largos de ovaciones. Éxito del concierto extraordinario "Europa canta a la Navidad".

El público llenó el Auditorio que, desde la sinfonía de arranque, vivió una velada cuasi operística ya que la versión ofrecida corresponde a un arreglo de 1959, alejado de la pureza barroca y cercano a sinfonismo dramático, circunstancia que no benefició al coro ni al tenor Davide Giusti.

La contralto Sarah Couden destacó por su voz profunda no exenta de agilidades y expresividad como en el aria inicial "Mensajero que traes buenas nuevas". El coro estuvo poderoso en la fuga "¡Gloria a Dios en la alturas!". Bellísimo el dúo sucesivo de la contralto y la soprano Eugenia Boix. El barítono Luis Ledesma destacó en su aria con la trompeta.

Impresionante el Aleluya -muy bien el coro- y la Pifa, que bordó la OSPA. También la última coral fue espléndida.

El público ovacionó con entusiasmo -entre el respetable estaba, el alcalde de Oviedo Wenceslao López- y fue premiado con una vibrante repetición del Aleluya.