La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

AMPARO FERNÁNDEZ | Profesora de la Universidad de Puebla (México)

"Mi investigación sobre Paulino Vicente no tiene lagunas, es sólida y está cerrada"

"Estoy muy contenta de que, por primera vez en su historia, el Museo de Bellas Artes de Asturias le preste atención al pintor"

Amparo Fernández, junto al busto de Paulino Vicente en Oviedo. NACHO OREJAS

Amparo Fernández, doctora en Historia por la Universidad de Oviedo y profesora de la Universidad de Puebla, en México, lleva treinta años investigando la figura de Paulino Vicente. Ha hecho la tesis sobre él y las dos exposiciones que se han organizado del artista asturiano desde los años setenta en la capital del Principado, con los correspondientes catálogos razonados. En una de ellas, "La imagen de Oviedo en la pintura de Paulino Vicente", realizada en 1988, trabajó en colaboración con el historiador Carlos Cid y en la otra, "Paulino Vicente 1900-1990", del año 2000, lo hizo con Javier Barón, entonces profesor de Historia del Arte de la Universidad. Por eso le duele que a raíz de la que actualmente se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Asturias con motivo de los 25 años de la muerte del artista, su director, Alfonso Palacio, y la doctora en Historia y responsable de su gabinete didáctico, María Soto, hayan declarado públicamente que todavía hay muchas lagunas en el estudio de su obra y que es necesario un catálogo razonado de la misma. "La investigación de Paulino Vicente no presenta ningún tipo de laguna, es sólida y está cerrada", afirma.

-Se ha dicho que ha aparecido nueva e interesante documentación que podría ayudar a profundizar en su obra.

-A la muerte de Paulino Vicente, su herencia pictórica quedó sin repartir. Las carpetas se sellaron judicialmente. En 2011, por expreso deseo unánime de toda su familia, se me encargó su apertura y el inventario de toda la documentación. Fueron casi unas mil obras y me llevó meses hacerlo. En esa documentación había obras que yo ya conocía, que incluso se habían expuesto, y había también, sobre todo, bosquejos, apuntes y estudios para pintura mural que era todo obra menor, que no abría ninguna nueva línea de investigación en su pintura. Tampoco había obras importantísimas que pudieran estudiarse porque si hubiera sido así, obviamente, lo habría hecho. Sus reflexiones u objetos personales también son anecdóticos. Por lo tanto, no presenta ningún tipo de laguna, es sólida y cerrada. Y me la conozco al dedillo. Yo misma fui quien hizo los lotes para que se repartiera su obra pictórica entre su familia, por expreso deseo de todos.

-¿Ha visto la exposición del Museo o se han puesto en contacto con usted para alguna consulta?

-No la he visto, aunque conozco las obras. Y nadie se ha puesto en contacto conmigo para pedirme documentación ni se me ha mencionado. Pero le diré que estoy muy contenta de que, por primera vez en su historia, el Museo de Bellas Artes le preste un poquito de atención a Paulino Vicente. Cuando empecé mi tesis y fui al museo, en el año 1987, sólo tenía expuesta una obra, "De endecha" y en los fondos tenía dos que nunca se habían exhibido, una de Franco y el retrato burgués de Luis Botas. Yo estoy a disposición de ofrecer todo mi conocimiento y documentación al museo. No tengo nada contra Palacio, pero creo que dirigir un museo debe hacerse desde la responsabilidad, la prudencia, el respeto y, por supuesto, la documentación. Lo que ha dicho pone en entredicho mi investigación.

-¿Por qué cree que el museo se ocupó poco de Paulino Vicente?

-Fue muy denostado en Asturias, tal vez porque a partir de los años cuarenta del pasado siglo colaboró con el Estado franquista. Fue quien organizó los certámenes del "Pueblo más bonito de Asturias" y el de artesanos, era el restaurador de obras de arte de la Diputación y trabajaba mucho, dando clases en el Instituto Alfonso II y realizando obras por encargo, sobre todo retratos. No le gustaba exponer y eso le perjudicó. El museo nunca le atendió y ésa fue una batalla que tuvimos su familia y yo en su momento. Ahora no ha tenido más remedio porque le han llegado una veintena de obras y tiene que mostrarlas.

-Se refiere al grupo de cuadros con los que algunos de sus herederos han pagado sus impuestos al Principado. ¿Conoce la selección realizada?

-Las fichas de todas las obras están catalografiadas por mí y por el fotógrafo Alberto Fernández Suárez, por encargo de un sector de la familia. Personalmente, hubiera hecho otra selección y habría elegido otras más importantes y potentes, pero hice todo el proceso. Después, la familia envío las obras al Gobierno y pasaron por una comisión de valoración.

-¿Hace falta un catálogo razonado de la obra de Paulino Vicente?

-Es otra de las cosas que dice Alfonso Palacio, y yo le digo a él que sólo tiene que pedir a la Consejería de Cultura el que realicé yo en 2011, por encargo de una parte de la familia que hizo una selección de obras que estaba en su poder. Me pidieron el catálogo razonado y un estudio, para que se incluyera en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Esa documentación está en Cultura.

-¿Por qué se barajan dos años como fecha de nacimiento del pintor?

-Paulino, efectivamente, nació en 1899, en mi tesis manejé la partida de nacimiento, pero hay una fecha oficial por expreso deseo del pintor, a quien yo conocí vivo. La tesis la leí en 1992, pero la empecé en 1987. Conversé mucho con él y ordené su archivo.

-¿Cómo era?

-Muy simpático e irónico, pasé muchas tardes en su casa con él y con Pepita, su segunda esposa. Siempre me trataron genial. En los últimos años le recuerdo en su habitación con vistas al jardín, sentado, tomando su frasquito de vino con agua, que le gustaba mucho. Me reía mucho con él, adoraba a su mujer, "ésta es una mingana andaluza" solía decir pasa subrayar su perfección. Era un personaje muy particular.

-¿Y como artista?

-Un excelente pintor realista con una primera época muy interesante porque es muy moderna y está un poco acorde a todos los movimientos de vanguardia que hay en ese momento, el regionalismo y la pintura sintética. Era un excelentísimo dibujante y tenía gran capacidad artística, con técnica impecable. Adoraba a Zurbarán y a Velázquez, y esos retratos que hace con fondos neutros tienen mucho que ver con la pintura barroca española. Hoy por hoy es uno de los pintores de la corriente realista más interesantes de Asturias.

-¿Cómo fueron las relaciones con su hijo, el también pintor Paulino Vicente "el Mozo"?

-Tirantes. No hablaba mucho de él, alguna alusión en algunos aspectos. Sobre Paulinín, como le llamaban en familia, hizo un estupendo estudio Francisco Crabiffosse Cuesta. Su problema fue que en seguida enfermó y no pudo desarrollar su faceta artística, pero dejó obras muy interesantes y muy buenas, y no sólo en la pintura. Y le cito un ejemplo que yo estudié, el antiguo cine Ayala.

Compartir el artículo

stats